veintitrés

2.3K 134 3
                                    

"Esta tardando."

"Shh." los ojos marrones de Ginny se fijaron en los míos, su mejilla apoyada contra la pared a mi lado. Cada uno de sus movimientos me impulsa a dejar de preocuparme, aunque se que ella tiene sus propias incertidumbres.

Habíamos estado observando de cerca los patones de comida de Snape durante los últimos días para saber cuando colarnos en su oficia para robarle la espada. Luna tenia razón: parecia aparecer al comienzo de cada comida, y luego pasar desapercibido una vez que todos se habían acomodado. Los primeros minutos de la comida son nuestro espacio, nuestro tiempo libre. Pero ahora estamos afuera de su oficina, y llega tarde, y tengo la inquietante sensación de que nos atraparán.

Esperamos  un par de minutos mas antes de susurrar:

"Esto es ridículo. Nunca va a salir, y alguien pasara y nos verá."

Y luego, la gárgola junto a la que estamos parados comienza a moverse, ahogando mis palabras con el fuerte sonido de la piedra. La escalera giratoria en espiral que conduce a la oficina se revela detrás de ella, y antes de que podamos vacilar, Ginny se ha abalanzado hacia un lado y no tenemos mas remedio que seguirla. Al otro lado de la escalera, puedo distinguir el susurro de la túnica negra azabache de Snape.

Cuando la gárgola vuelve a su lugar, el silencio que nos envuelve en la escalera de caracol es abrumador.

"Lo logramos." Dije con alegría.

Ginny sonrió triunfalmente a la puerta de roble que conduce a la oficina de Snape.

"Todo lo que queda es la espada." Dijo Ginny. "Facil"

"No lo se..." le dije. "Todavía se siente como si algo estuviera mal."

"Se siente mal." Dijo Neville. "No ha llegado tarde en toda la semana."

"Tal vez no va a cenar." Dijo Luna. "¿Deberiamos todavía..."

"Si" dijo Ginny. Sus ojos todavía están en la puerta. "Si, lo estamos haciendo bien. Estamos adentro ahora, intentemoslo. Y si nos expulsan, bueno, todos odiamos la escuela de todos modos."

"¿Y si Snape nota que no está..."

"Mientras Snape no pueda probar que tomamos la espada, estaremos bien. Solo tenemos que salir antes de que regrese. ¿Esta bien?"

"Esta bien... Esto es ridículo. Pero esta bien, hagámoslo."

Ginny empujó para abrir la pesada puerta. "Yo vigilaré." Dijo. "Ustedes entren"

Pasamos penosamente por delante de Ginny y entramos en la habitación circular que hace la oficina del director. Ell es la única de nosotros que ha estado aquí, y me quedo quieta por un momento, asombrada por la novedad y lo extraordinario de todo. Cientos de artefactos e instrumentos curiosos intrincados se alinean en las paredes curvas, sin duda colecciones de Dumbledore. A su alrededor hay decenas de retratos, sin duda de anteriores directores, que nos miran con curiosidad desde sus encuadres. La habitación parece vieja pero acogedora, y mucho más de lo que cabría esperar de una persona como Snape.

"Ahí esta" dijo Neville, tan de repente que saltó. Esta de pie, asombrado, frente a una alcoba en la pared en la parte superior de la habitación. Detrás de un vidrio brillante está la espada de Gryffindor.

"No es tan impresionante, ¿verdad?" Dijo Luna suavemente.

Agarré una silla del escritorio y me subí, de modo que estoy cara a cara con el cristal. Puedo ver mi reflejo en la espada, que brilla burlonamente frente a mis ojos.

"Umh, que sigue?" Pregunté mirándome hacia los demás.

"Romperlo" respondió Neville de inmediato.

"De ninguna manera. Solo tenemos unos minutos, y si la gente escucha el cristal..."

Ne callé. Neville se encogió de hombros.

"No puedo pensar otra manera, iz."

Suspiré. "¿Hay algún hechizo para romper vidrios en silencio?"

"¿Estas bromeando?"  Dijo Ginny, saltando hacia delante desde la puerta. "Mantente alejada." Dijo apuntando su varita hacia el cristal. "Reducto."

El vidrio se rompió y, como en cámara lenta, cae una sola pieza que se desintegra, creando un estruendo poderoso al golpear el piso.

"Eso fue fuerte" dijo Neville alegremente. "Bueno, arreglalo antes de que llegue Snape."

Haciendo caso omiso a las protestas aterrorizadas de los cuadros que nos rodean, cierro los dedos alrededor del asa reluciente y la levantó.

"Cuidado." Dijo Luna, mientras me tambaleó bajo su peso. Ella pone su mano en ma mía y me ayuda a levantarme de la silla.

Miré la espada, es reluciente, brillante e incuestionablemente magnífica... pero no puedo evitar sentir que algo en ella no parece correcto.

"Toma esto." Dije, empujándola hacia Ginny y Luna. Agarro la silla y la llevo hasta el escritorio. Luego apunté mi varita hacia el cristal y susurré, "reparo."

"¿por que estas haciendo eso?" Dijo Neville. "Yo digo que destruyamos todo el lugar."

"¿Podemos irnos?" Pregunté. "Siento que alguien va a entrar en cualquier momento."

"Si vámonos." Dijo Ginny nerviosamente. En este momento, la espada está escondida bajo su capa y crea un bulto antinatural en su pecho.

Abrí la puerta de roble para que los otros tres pudieran pasar, y estoy apunto de rodearla yo misma cuando...

"¿Que crees que estás haciendo?"

Mi estómago da un vuelco y caigo de regreso a la pared detrás de la puerta. Escucho pasos fuertes y rapidos, y la voz lívida de Snape.

"A alguno de ustedes, tontos, ¿les gustaría explicar por qué están aquí.? Y por qué tienen... esa es la..."

"Es la espada de Gryffindor." Escuché decir a Ginny temblorosamente. Me quedé escondida detrás de la puerta. "Nos la vamos a llevar."

Miré a través de una grieta en la madera, mi corazón late con fuerza en mi pecho. Snape está de pie justo al otro lado, su pálido rostro enrojecido de rabia antinatural. Ginny, Neville y Luna se ven petrificados, y estoy apunto de doblar la esquina para exponerme cuando Ginny me mira directamente a la grieta a través de la cual estoy mirando, y abre sus ojos hacia mi, sacudiendo la cabeza muy levemente.

"Pedazo de tontos." Dijo Snape, su voz temblando de rabia. "¿No son concientes de lo peligroso que es estar aquí, de los graves valores de sus acciones? Podrían haber arruinado ..."

"La espada pertenece a Harry." Interrumpió Neville con valentía. "La estábamos tomando para devolvérsela, porque obviamente usted nunca lo haría."

"Que valiente." Se burló Snape. Siento que mis pulmones se van a estallar si sigo aguantando la respiración.

Ginny, Neville y Luna se han quedado en silencio, y esperé desesperadamente que sigan así. Decir cualquier otra cosa solo hará que Snape se enoje mas. Una vez más Ginny me mira a través de la rendija de la puerta.

"Quédate ahí." Apenas dijo.

Durante un largo momento nadie dice nada. Entonces Snape se da la vuelta para bajar las escaleras y su túnica golpea a Neville en la cara.

"Vengan conmigo." Grita Snape, y de mala gana los tres lo siguen.

Luego cuando ya no podia verlos salí de mi escondite, corrí escaleras abajo y vuelvo al pasillo, sacudiendo el polvo de mi túnica. Doy un paso hacia adelante, esperando solo llegar a la sala común sin levantar sospechas.

"¿Que estás haciendo aquí?"

DEAR DRACO (traduccion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora