⛅️02⛅️

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Una vez el omega se levanta para dirigirse al auto, Harry queda realmente sorprendido, pues Louis era muy bajito, incluso más de lo que parecía cuando estaba sentado, discretamente se puso a su lado viendo que le sacaba prácticamente dos cabezas de diferencia, reprimió una sonrisa y siguió caminando hasta el auto.

Se quitó el saco que llevaba puesto y lo paso sobre los hombros de Louis, pues éste estaba tiritando por el frío.

— Yo no puedo subir, estoy muy mojado. — comenta con los ojitos aguados, el pequeño omega estaba muy apenado, con las mejillas totalmente encendidas, no quería arruinar el asiento del auto que parecía ser muy costoso.

— Para mí el auto es lo de menos, Louis. Sube antes de que te enfermes. — sostiene el alfa con una expresión seria, esperando que se subiera para abrocharle el cinturón de seguridad.

Una vez realizado esto, dio la vuelta a su auto para subir, mientras encendía el aire acondicionado, haciendo que el aroma de Louis se esparciera por todo el cerrado lugar, embriagando a Harry con su olor, y estaba totalmente sorprendido de que le gustara..
No entendía lo que estaba sucediendo consigo mismo, el odiaba el aroma de los omegas.

Luego de un camino lleno de preguntas para conocerse mejor viniendo de parte de los dos, llegan a la casa de Harry.

— Wow, es enorme, parece un castillo. — dice el pequeño omega, mientras que sus mejillas se tornaban de un color totalmente rojizo, y sus ojitos brillaban con ilusión.

— ¿Te gusta el lugar?, y sí, es realmente grande para que viviera solo una persona, pero bueno, ahora tengo compañía. — afirma el alfa en un tono amigable.

Entran a la casa y Harry le indica dónde queda el baño para que pueda darse una ducha, cuando louis  iba a buscar la ropa en su maleta, se dio cuenta que todo estaba mojado, poniéndose triste de inmediato.

— No pasa nada, puedo prestarte una pijama yo, y pongo a lavar tu ropa, para mañana estará lista.       — dice tomando la bolsa, llevándola hasta la lavandería de su casa.

Louis se mete a bañar, y cuando sale, la pijama de harry estaba colgada en la parte externa de la puerta, le quedaba realmente enorme, pero iba a funcionar, a pesar de haber tenido que hacerle un nudo al pantalón, y que el suéter le quedara como un vestido.

Una vez listo, sale del baño, encontrándose a Harry sobre el sillón con dos tazas sobre la mesa.
El alfa puede jurar que es la imagen más tierna que vio en su vida.

— Hice chocolate caliente, seguro sigues teniendo mucho frío por la lluvia. — dice antes de que pueda preguntar. — Puedes tomar asiento, dormirás en el segundo cuarto más grande de la casa, está desocupado, podremos diseñarlo a tu gusto.

Todo iba perfecto hasta hace unos minutos, juntos estaban viendo una película de Disney previamente elegida por Louis, eso hasta que Harry siente un peso liviano sobre su hombro, resultado de un omega que se había quedado dormido, y fue ahí donde el rizado entró en pánico.

Harry no sabía que hacer, por lo que apagó la televisión, y alzó a Louis en sus brazos, subiendo las escaleras para llevarlo hasta la habitación en la que dormiría, lo deja sobre la cama para luego cubrirlo con una manta. Le da un último vistazo antes de salir del lugar cerrando la puerta para ir a acostarse de igual forma.

La mañana siguiente Harry despierta temprano como de costumbre, cuando baja a la cocina para servir agua, nota como Louis comienza a servir el desayuno en dos platos distintos.

— Oh, buen día, Louis. Despertaste temprano. —menciona Harry sintiendo una extraña sensación en el estómago.

— Buen día. — saluda el omega con una sonrisa enorme. — Siempre despierto muy tempranito, así que me puse a cocinar, ¡me encanta cocinar!; por favor siéntese en la mesa."

— Deberías dejar de hablarme de usted, me haces sentir un poco viejo.

— Lo siento mucho, Harry. No era mi intención, es solo que siempre me dijeron que debía hablar así con los demás. — se disculpa Louis haciendo un pequeño puchero mientras agacha la mirada.

— Era bromeando, no quería hacerte sentir mal. Provecho.

. • * °✧ ✧. • * °

Habían pasado cinco días desde que Louis había llegado a casa de Harry, cinco días en los que se habían estado conociendo mejor, y en los que el alfa estaba haciendo las cosas del trabajo desde casa.

Cada vez más, Louis estaba convencido de que el aroma de Harry era lo más bonito que había olido en su vida, y aunque no lo admitiera, el alfa sentía lo mismo.

Habían ido al centro comercial para comprar un móvil para Louis, incluso cuando muy apenado dijo que no era necesario.
Luego de tener el aparato nuevo consigo, y mil agradecimientos, fueron a la heladería.

— A mí me da un helado de galletas. ¿Qué hay de ti, Louis? — cuestiona el alfa esperando para pagar.
— Yo quiero uno de fresas, por favorcito.

Toman asiento en la mesa más cercana y Harry comenta. — Por suerte no pediste uno de vainilla, podría jurar que es el peor helado que existe.

Luego de unos minutos, se acerca un omega rubio con ojos chocolates y le extiende el cono de helado a Harry, mientras toma su mano para poner sobre esta una servilleta con su número de teléfono. Harry solo lo deja sobre la mesa restándole importancia.

— Y aquí está el de su hijo. — dice con cinismo extendiéndole el helado con fuerza, haciendo que éste caiga sobre el suéter de Louis, causando que de inmediato sus ojitos azules se llenen de lágrimas, mientras su labio inferior temblaba. — Yo no soy su hijo. — reta el más pequeño mientras suelta un sollozo.

— Oh no, tú no hiciste eso, pídele disculpas ahora mismo. — Dice el alfa con una expresión totalmente molesta, haciendo asustar a los dos omegas. — Lo siento. — suelta con desdén, volteando los ojos para luego irse por donde vino.

Harry toma la mano de Louis para llevarlo hasta su auto, el pequeño no podía dejar de llorar debido a la humillación.

Por lo que Harry se subió con él sobre su regazo, tomando unos pañitos húmedos que tenía del lado de su puerta para comenzar a limpiar su suéter, una vez hace lo mejor que puede, se acerca hasta las dos mejillas sonrojadas para comenzar a lamer sus lágrimas, haciendo que el pequeño se tranquilice de sobre manera.

— Ya está, todo bien. Tu suéter ya no está tan sucio, pero no llores más, por favor. Prometo que vendré nuevamente al lugar para poner la queja. — afirma Harry preocupado, antes de empujar la cabeza del omega contra su pecho. Louis comienza a olisquear el rico aroma a café para posteriormente detener sus lágrimas.

Se sentía tan pleno y relajadito, que solo prefiere dejarse llevar.

***

{Editado.}

Sweetcheeks ♡̷̷ˎˊ˗ (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora