⛅️23⛅️

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Habían pasado dos días desde el nacimiento del pequeño Lucas, así que acababan de llegar a casa.

Harry deja la bolsa sobre el sofá, y se dirige a la habitación seguido de Louis que llevaba al cachorro en brazos.

Se acuestan juntos sobre el nido que habían reconstruido días antes, y ponen a Lucas en medio de los dos, Harry se acuesta boca abajo, teniendo una mejor vista de su hijo.

El alfa acerca su boca hasta la pequeña pancita del cachorro, soplando contra esta de forma cariñosa. Louis los mira enternecido.

Lucas permanecía con sus ojitos azul cielo abiertos, mirando absolutamente todo a su al rededor.

— Mi hijo y mi omega tienen los mismos ojitos, ¿podría ser yo más  afortunado, Louis?

— Alfa, no quiero llorar de nuevo, por favor. — el menor lo mira con todo el amor que jamás pensó que llegaría a sentir.

Harry toma al pequeño cachorro y lo acuesta sobre su pecho, inhalando su dulce aroma, acerca a Louis con su brazo para abrazarlo más a su cuerpo.

— Míos. — demanda el alfa dando un beso sobre la frente de cada uno. — Voy a protegerlos de todo, mis bebés.

Louis se deja llevar por las caricias que le estaba brindando Harry sobre su suave cabello.

El pequeño cachorro toma entre sus puñitos los largos rizos de Harry, haciendo reír a la pareja. No podían creer lo bonito que era el omega.

La mañana siguiente, Harry se despierta gracias al suave llanto de Lucas, tomándolo en sus brazos rápidamente para no tener que despertar a Louis, pues aún no le tocaba comida.

El alfa comienza a jugar con el cachorro recién nacido, meciéndolo en sus brazos mientras hacía caras graciosas.

Harry se negaba rotundamente a que alguien pisara su hogar en los próximos días, no quería el aroma de nadie más en su casa, solo el de ellos tres por el momento.

Estaba celoso, sí. No quería que nadie viera a Louis en los próximos días, nadie lo merecía, su omega lucía totalmente perfecto, con la sonrisa más brillante que había visto en toda su vida. Y ni hablar de su hijo, éste lucía como un ángel, capaz de iluminar un mundo entero con el solo abrir de sus ojitos.

Nadie merecía a los dos seres que él tenía, pero ese era un tema aparte. Por más que quisiera quedarse encerrado por siempre en un mundo donde solo existieran ellos tres, eso no era posible, aún así sus amigos tendrían que esperar un poco más, a que se sintiera preparado para compartir nuevamente el aroma de sus dos personas favoritas.

Y ni hablar del pequeño Aiden, cuando ni siquiera había nacido y ya estaba muy pegado a su cachorro, y no es como que le molestaba, pero ahora las cosas cambian. Él aún no se sentía listo para dejar a su hijo en brazos de alguien que no fuera su omega o él.

Quería ser el único que pudiera ver la sonrisa de Louis al despertar, también el único que pudiera ver las largas pestañas de su pequeño bebé reposando sobre sus mejillas mientras dormía.

El alfa besa suavemente las dos regordetas y rosadas mejillas del pequeño individuo, para comenzar a marcarlo con su aroma, el cachorro solo lo miraba con sus ojitos muy abiertos, pendiente de cada movimiento que este hacía.

Louis despierta, y al no ver a ninguno de los dos en la habitación, se levanta haciendo un pequeño pucherito.

— Alfa. — llama Louis tocando con su dedito índice la espalda de Harry, sonriendo como solo él sabía hacerlo, haciendo bombear el corazón de el alfa con fuerza.

Sweetcheeks ♡̷̷ˎˊ˗ (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora