⛅️03⛅️

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— Discúlpeme por haber arruinado el momento. —Dice el omega con una voz tan suave, que Harry puede saber que se está quedando dormido sobre su regazo.

— No arruinaste nada, él se comportó como un tonto, y no se va a quedar así, estoy aquí para protegerte, incluso de mí mismo. — Menciona lo último en un bajo susurro, pero el pequeño omega ya se había quedado dormido. Harry lo alza con cuidado, para ubicarlo sobre el asiento de copiloto, y luego abrochar su cinturón para dirigirse a casa.

Habían pasado dos semanas desde aquel horrible suceso, Harry por supuesto había ido a poner la queja por lo que le habían hecho al menor, y se fue satisfecho cuando le prometieron hacer algo al respecto, éso sin mencionar que le regalaron otro helado de fresa, haciendo que su omega chillara de felicidad.

En ese tiempo que había pasado, Harry había estado llevando a Louis consigo a su trabajo, pues desde el primer día, se había hecho amigo de su secretario, Niall.

Y ahí se encontraban los dos omegas, hablando en la oficina de Harry mientras que éste había salido a buscar unos papeles que firmar.

— ¿Ya vas a contarme qué te pasa con Harry?, no soy tonto, me doy cuenta. — Dice el pequeño rubio riendo. — ¡Shhhh!, Nini por favor no digas eso. —Dice el pequeño castaño poniendo sus pequeñas manitas sobre los labios de su amigo, sonrojándose de inmediato. — Recuerda que Hazzy puede entrar en cualquier momento. — Menciona en un susurro. — Pero respondiendo a tu pregunta, yo sé que es mi alfa, porque cuando estoy con él mi corazoncito hace así. — Dice mientras golpea varias veces su pecho con la mano abierta, haciendo referencia a que su corazón se aceleraba.

— ¿Y a qué se debe eso, Lou? — Pregunta el alfa que había estado escuchando toda la conversación.
Louis reconoce de inmediato aquella rasposa y ronca pero bonita voz, y su cuerpecito se tensa de inmediato en su lugar. Niall suelta una carcajada y de inmediato sale de la oficina. — ¡Buena suerte, Loulou! — Grita el rubio antes de cerrar la puerta de la oficina, dejándolos solos.

— Y-Yo — Aferra sus manitas al borde de su faldita blanca. Harry se acerca más a su cuerpo mientras acaricia su sonrojada mejilla derecha. — Por favor no se enoje, yo no sé porqué lo dije, no debía escuchar eso. — Menciona el pequeño mientras sus ojitos de aguan. — No llores, por favor. Yo sé que eres mi omega, lo supe desde el primer día que hablamos, no debes sentirte avergonzado por eso.

No hablan más del tema, y al día siguiente Harry no asiste a la empresa, así que sale, avisándole a Louis que llegaría a casa a las cuatro de la tarde, dejando a un omega triste en casa, pensando que lo que quería era esquivarlo por lo que había tenido que escuchar ayer, pero la realidad era otra.

Harry había salido al medio día, y se dirige hacia el super, para comprar fresas, chocolates, gomitas, y más cosas que sabía que podrían gustarle a Louis.
La situación era esta, Harry había vivido toda su vida en ese lugar, por lo que conocía casi por completo el país.

De pequeño, había encontrado un bosque, que jamás había pisado algún ser humano aparte de él, por lo que lo sentía como suyo, y pretendía ahora compartirlo con su omega, solía ir siempre que quería estar en paz, para transformarse. Así que había optado por hacer un picnic, ¿y qué mejor lugar que ese?

Llega hasta donde se encuentra el bosque, quedaba a unos treinta minutos de su casa, deja una manta sobre el suelo, poniendo sobre esta una canasta con muchos snacks y dulces, una vez todo listo y presentable, se dirige a buscar a Lou a casa, al llegar, lo ve sentado sobre el sofá, con unos shorts blancos y un suéter amarillo con florecitas blancas, el alfa puede jurar que luce como un ángel, el más lindo de todos.

Sweetcheeks ♡̷̷ˎˊ˗ (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora