1. Prólogo: el viejo mundo

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«No hace tanto tiempo, éramos miles de millones de seres humanos. Teníamos el mundo bajo nuestro control, la supremacía era nuestra, el poder era nuestro, controlábamos la energía, la naturaleza, el universo casi estaba en las palmas de nuestras manos, pero ahora todo eso quedó en el pasado, solo en la memoria de los que pasamos a ser llamados "Supervivientes". Ya no somos el mayor depredador del planeta, ahora hemos sido reducido a presas de una infección zombi, unos seres putrefactos que antes fueron como nosotros, de los nuestros, amigos, familia, colegas... Ya nada de eso importa, porque todo ha cambiado. El viejo mundo se regía por normas y leyes que hoy quedaron olvidadas, ahora sobrevivir es el único motivo. Vivir o morir, no hay más cuestión que esa, lejos quedaron los conceptos morales, el bien o el mal, como apartados tuvimos que dejar los remordimientos y el amor. Amar significaba sufrir, significaba, muchas veces, morir; y los remordimientos más de lo mismo, no puedes dudar ni un segundo, porque tu vida pende constantemente de un fino hilo, uno demasiado fácil de cortar.

No sé en qué momento sucedió el cambio, el inicio de una pandemia mundial que dejó en jaque a toda la humanidad, al ser humano, por entonces autoproclamada especie que reinaba el planeta. Calculo que hará algo más de dos años desde que comenzó el desastre, aunque quizás llevaba cociéndose mucho más tiempo, porque fue demasiado extraño, surgió en todas partes, afectó a todo el mundo, nadie estaba a salvo.

¿Cómo había sucedido? Tal vez fue un experimento militar fallido o algún científico loco queriendo ser dios y condenándose a sí mismo a ser el diablo; quizás fuese una estrategia de alienígenas, una raza superior que necesitaba aniquilarnos para quedarse con nuestra tierra; puede que solo fuese la naturaleza recuperando lo que es suyo, exterminando la verdadera plaga que éramos los humanos. He escuchado muchas teorías a lo largo de estos años, cada cual más loca o absurda, bien es sabido que somos una especie bastante paranoica y que nos sobra la imaginación. ¿Qué pienso yo? Pues que todo esto es una mierda, que preferiría no tener instinto de supervivencia y haber muerto el primero. Me importa un carajo cuál fue la causa de esto, solo sé que mi esperanza es despertar un nuevo día, vivir, no sé por qué, pero es lo único en lo que puedo pensar.

No era como había imaginado, en las películas era diferente, los zombis se convertían al contagiarse, una mordedura o un arañazo, pero para nosotros no fue solo así, la realidad es más jodida que la ficción, en este caso, mil veces peor. Morir significaba ser uno de ellos, no era una simple infección, era una maldita plaga imposible de controlar, cualquier baja en nuestras filas suponía uno más en las suyas. ¿Cómo luchar contra la misma Muerte si todos morimos? Caminantes, Zombis, Podridos, Infectados o, simplemente, Muertos, los hemos llamado de tantas formas... No son más que personas fallecidas, consumidas por la putrefacción, con un único fin: Matarnos, comerse nuestra carne. Solo una forma de vencerles, atravesarles la cabeza, destrozarles el cerebro, parece sencillo ¿no? Bueno, no lo es tanto cuando te rodean decenas de ellos, pero lo importante es mantener la calma y la entereza, tener como objetivo seguir con vida, al menos a mí me funcionó durante todo este tiempo, hasta hoy. Pero la pregunta era siempre la misma ¿cómo batir al enemigo inmortal? Quizás la respuesta fácil sería que, sencillamente, la humanidad debía extinguirse de manera definitiva.

Esto no era una guerra, era una masacre.

Volviendo a cómo pensé que sería un apocalipsis zombi antes de que me estallara uno de verdad en la cara, en el cine clásico lo pintaban bastante estúpido y cruel, imaginaba que no sería verídico, pero, maldita sea, lo era. Como especie dominante en el planeta durante miles de años, los humanos nos considerábamos a nosotros mismos como inteligentes, incluso nos las dábamos de moralistas en muchos casos, mayormente en el primer y rico mundo, hipocresía absoluta cuando todo lo habíamos logrado expoliando a los débiles, a los pobres. Pues bien, el comportamiento humano fue el mismo que los directores de películas y series de zombis habían planteado, nos habíamos convertido en torpes y estúpidos, no éramos capaces de organizarnos, aliarnos o planificar juntos, la mayoría íbamos de lobos solitarios y pensábamos que nos iría mejor que en comunidad, muchos no eran capaces de racionar las provisiones y las balas. Por eso solía pensar que la palabra "Superviviente" le quedaba muy grande a algunos, hasta que yo mismo me di cuenta de que era igual que ellos, igual de estúpido. Además de eso, la crueldad intrínseca del verdadero carácter humano salió a la luz, al romper con lo moral, al tratarse de sobrevivir, las leyes dejaron de existir, locos ha habido siempre, pero no me imaginaba que los últimos humanos fuésemos autodestructivos para con nosotros mismos. El apocalipsis abrió la veda para los asesinos sin piedad, para los violentos, los violadores... Cualquiera era un potencial psicópata a la luz de los acontecimientos, se mataba por placer, no siempre por protegerse, y cuando me di cuenta de esto, comprendí que no había vuelta atrás, que una vez perdida la humanidad, no nos quedaba nada.

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