11. Mark conquista a Meredith.

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Había pasado una semana de haberle sucedido muchos milagros y ahí estaba otra vez, puntual en la reunión, perfumado y con ese peinado que lo hacía ver todo un hombre con seriedad. Mark, el joven a punto de cumplir veintisiete años ahora se relacionaba con los asuntos de negocios de la empresa, junto aquellos hombres expertos en gambito de los negocios.

La reunión no había dado apertura, pero todos estaban en sus lugares conversando unos con otros, algunos hablaban sobre lo excelente que habían rendido sus ingresos, otros se tomaron la confianza para muscullar sus problemas familiares, en fin habían temas que ni al caso, cuando repentinamente aquella sala guardo un completo silencio y prestaron toda su atención al ver al rostro femenino que había cruzado el humbral de la sala para estar junto con ellos. Sus tacones altos se empezaron a escuchar acorde mientras se acercaba a la mesa donde todos la estaban esperando.

Su forma de vestir y su cuerpo delgado lo hicieron recordar a la mujer que él aún recordaba del pasado, pero decidió borrar esos recuerdos y poner atención a la pelirroja que ahora estaba justo en frente de sus ojos.

—¡Bienvenida! —Inquirió el presidente de la junta y le señaló su asiento a lo cual la dama accedió.
 
Aún seguía sorprendido por volver a ver a la mujer que abordó en el ascensor hace apenas unos días, ¿cómo podía confundirla? si su fino escáner capturó hasta el más mínimo detalle de aquella jovial mujer de quien estaba seguro, jamas quitarías sus ojos de enzima.

La mujer tomó su asiento y se acomodó para tomar una postura con seriedad. No podía estar nerviosa ya que estaba acostumbrada a ese tipo de reuniones desde los veintiún años.

— Como les decía, necesitamos a alguien que se encargue de todos los detalles del proyecto y la señorita Westmore se encargara de esto.

Cuando finalizó el directos cedió la palabra a la joven que estaba sentada a su lado, cruzada de piernas y se puso de pie para comenzar hablar.

—Como encargada del departamento de diseño de la empresa Foxx...

La mujer se quedó sin palabras al ver al hombre que estaba sentado del lado extremo justo en frente de ella, era el mismísimo que hace unos días encontró en el ascensor y estuvo apunto de mandarlo al hospital porque accidentalmente se cruzó frente a su audi una tarde de fin de semana. El hombre figuró una pequeña sonrisa de lado al ver el rostro ardiente de la dama que hora hacía contrate con su cabello.

—... Así que, también trabajare con ustedes de ahora en adelante cubriendo los nuevos diseños para los interiores del proyecto —Afirmó la empresaria y volvió a tomar su lugar.

Los accionistas se quedaron pasmados y se miraron unos con otros; aquella mujer por lo regular hablaba demasiado y  exponía su tema con mucha legibilidad, ahora estaba en su lugar y nadie podía hacerla hablar.

— Gracias por la aportación, señorita Westmore —Inquirio el presidente.

"¿Que es lo que acaba de decir, a caso es hija de George Wenstmore?" Mark hizo una interrogación en su mente.

Por supuesto, era la hija de los Wenstmore; su única heredera, una diplomática y especialista en diseños de interiores, graduada en la mejor universidad de Londres. Su aspecto físico tan peculiar señalaban 25 años de experiencias vividas, era una de las mujeres más dichosas y acaudaladas del país, gracias a su exitoso padre. Había viajado por todo el mundo conociendo majestuosidad de lugares, excepto latinoamerica.

Al término de la reunión, Mark no perdió la oportunidad de saludarla y coquetear como era una de su miles de costumbres.

— Soy Mark Delatour ¿Te acuerdas de mi? —Expresó el hombre extendiendo su mano para saludarla.

Abrázame... En mis SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora