23. El concierto de Madona

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Después de la visita de Chris Sttaphor, los Pawell seguían sin poder creerlo ya que después de irse, Chris Sttaphor fue el tema principal en la cena de esa noche donde Mark tuvo que disimular y tolerar la conversación.

La señora Pawell concluyó en haber deseado que Kaitlin hubiese tenido una hermana gemela por lo que había notado, su hija llamo la atención de aquel joven político. Genevieve deseó ser la suegra del hombre mas mas codiciado de la ciudad.

La mañana del día siguiente Kaitlin despertó en casa, lo primero que vino a su mente fue el hombre que poseía los ojos verdes mas encantadores que exitosamente había llegado a Dubai, pero ahora estaba en su habitación, ver los colores opacos y nítidos, una ventana no tan grande que se podía ver reflejada la casa de su vecino; volvió la vista y encontró en la pequeña mesa de centro unos cuantos libros y a su izquierda un estante donde colocaba su cosas: peluches, marcos de fotos y otras cosas mas de su pertenencia, ni siquiera tenía vestidor propio, solo un simple guardarropa donde habían prendas que no se había puesto en meses y que ni siquiera eran de algún diseñador reconocido como los que usaba hace apenas unos días atrás, por fortuna sus padres decidieron conservarlos después de su desaparecímiento.

Se levantó de la cama estirando sus músculos para después correr la cortina de color naranja que decoraba su ventana, cosa que no combinaba con nada que se encontrara en su habitación. Los primeros rayos de sol golpearon su rostro, era apenas las 6:00am. se había a acostumbrado a otro ritmo de vida como: levantarse temprano para despedir a su prometido que se despertaba a las 5:00 de la mañana para hacer ejercicio y después ducharse antes de irse a su trabajo, también se había acostumbrado a las comidas y bebidas de diferentes clases, ahora era toda una extraña en su propia casa.

Mientras que sus padres aun dormían, bajó a la cocina para prepararse una taza de café donde posteriormente lo devolvió sobre el lavatraste porque tenía un sabor diferente ya que se había acostumbrado a beber del mismo cafe que Sttaphor consumía, cafe de altura exportado de America.
Volvió a preparar cafe, pero esta vez optó por aumentar la cantidad de azúcar.

—¿Y ahora porque te levantas tan temprano? —La voz repentina de Mark hizo que ella derramara su café sobre la isla que estaba en el centro de la cocina, se olvido que Mark había dormido en el cuarto de visitas porque sus padres insistieron esa noche que se quedara ya que ahora estaban agradecidos con él por traerla devuelta con ellos y nunca iban a dejar de agradecerle.

—¡Mark! —replicó entre dientes.

—¡Descuida Cariño! —él se disculpó trayendo una servilleta para limpiar el café que se había derramado— ¿Cómo amaneciste? —Preguntó limpiando las gotas que salpicaron en la blusa de Kaitlin.

—Bien... Eso creo —respondió jalando la tela de su blusa blanca.

Mark aprovecho para estar mas cerca de ella y la miró manteniendo su vista fijamente dejando que unos pequeños centímetros separaban sus labios con los de ella, haciendo que solo un movimiento los haría unir, pero Kaitlin cambió de posición.

—¿Pasa algo? —preguntó con la servilleta en sus manos.

—No pasa nada.

—¡Kait, desde ayer te has comportado de esta manera! —exclamó aventando la servilleta hacia un extremo — Si no te bese en ese lugar fue porque tu me lo pesiste, ya no estamos ahí. — dijo dándole la espalda y cruzó los brazos por su cabeza.

— Solo que no es el momento.

— No es el momento o ¿A caso ese tipo besa mejor que yo?

—Mark no empieces por favor, apenas son las 6:00 de la mañana —ella trato de desviar la conversación, pero su padre hizo presencia en la cocina haciendo que Mark se tranquilizara. 

Abrázame... En mis SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora