25. La fiesta de despedida. Parte 1

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Viernes pasaba lentamente, llegó temprano a casa sin tener que atender otros asuntos en la ciudad, incomprensiblemente aun no se le pasaba el incidente que ocurrió en la sala de juntas y por su puesto no permitiría que un hombre perverso como Mark gobernara una hermosa nación.
Al entrar en la puerta de cristal fue directo a su habitación como se le había hecho de costumbre, dejando abandonado por completo el estudio, solo la sirviente lo visitaba de vez en cuando para hacer la limpieza y quitar una que otra tela de araña.

Su personal de servicio habían empacado sus cosas al igual que Fedrich, Vanesa y Karla, ellos eran las personas mas cercanas a Chris aparte de su tío Sam que vivía en Londres, pero no mantenía ningún tipo de comunicación con él. El mayordomo y la sirvienta regresarían a su lugar de origen, y solo su administradora se mudaría con él a su nuevo Penthouse que compró en Dubai cerca de la playa.

Estando en su habitación acostado en la cama pensando en los bonitos recuerdos que había vivido en Bowclevan y los nuevos proyectos que cambiarían su vida, si sus planes de invertir en Dubai tendría éxito podría no volver a Bowclevan y quedarse a vivir ahí para siempre.

"Y porque no hacer una fiesta de despedida". Pensó para después levantarse rápidamente tomando su móvil he inmediatamente escribió un resumido mensaje de invitación para después enviárselos a cada uno de sus amigos en los cuales Meredith estaba incluida, y para sorprender a sus invitados se contacto con Katy Perry para alegrar aun mas la noche, no tuvo problemas con el tiempo ya que eran buenos amigo y la cantante con gusto aceptó.

Salió de su habitación conmovido y ordeno al mayordomo a que prepararan los arreglos para esa noche, su personal se miraron los unos con los otros pensando que el señor de la casa estaba desorientado tras varios días de desconsuelo, pero hicieron como se les ordenó. Tenían razón, había pasado los últimos desconsolado y tristes días en su mansión y no quería irse de la ciudad con ese mal gesto.

...

Esa tarde mientras comían juntos, una llamada los sorprendió.

-¡Chris! -Contestó Zac puesto los ojos en Kaitlin.

-Hermano esto salió de imprevisto. Ya sabes, ahora tengo la vida saturada de planes, quizá sea la razón por la que últimamente se me ocurren locas ideas.

-!Si claro!, cómo el irte de Bowclevan, con eso es suficiente para mandarte al manicomio -Respondió Zac con sarcasmo.

-Ya sabes cual fue la razón -cambió su voz a cabizbajo  -¡Pero esta noche tendré a Katy Perry cantando "Roar" en mi mansión! ¿no te parece loca la idea?-Respondió motivado.

-¡Katy Perry en tu casa! Excelente hermano esa noticia si que esta de locos -Inquirió Zac con alegría, Kaitlin por poco gritaba de alegría al escuchar a Katy Perry.

-Por eso he llamado para invitarte, solo es una pequeña fiesta antes de partir. Perdona, espero no haber interrumpido.

-Para nada, bueno déjame decirte que estoy comiendo en Hambech con una hermosa chica -Añadió guiñando un ojo.

-Si gustas también puedes traerla a la fiesta -Contestó Chris del otro laso de la linea.

-¿Estas seguro?

-Por su puesto, la casa es grande -añadió riendo. -Será a las 10:00pm. Por favor no falten.

-¡Gracias hermano ahí estaremos! -Zac culminó para colgar la llamada.

Los últimos días para Kaitlin estaban llenos de sorpresas, Chris había contratado a su artista favorita en su fiesta y no solo eso, ahora tenía una invitación para ir a la fiesta de esa noche.

-¡Listo! solo vamos a comprar algo para que te pongas esta noche y paso por ti a las 9:00pm ¿te parece?

-Pero Zac, ¡Él no sabe que esa chica soy yo! -ella apaciguó sus ansías de querer verlo otra vez.

-¡Esa será la sorpresa! Kait yo tampoco quiero que él se vaya -vociferó al salir del restaurante, tomando los brazos de Kaitlin haciéndola entender que siguiera luchando por él.

-¿Y si él, no quiere verme?

-No digas eso, lo conozco mejor que nadie, esta es tu oportunidad o lo perderás para siempre. -Volvió a decir el hombre de ojos azules abriendo la puerta de su auto para llevar a Kaitlin de compras.

Zac al igual que su amigo Chris, tenían las mismas características, su educación sobre pasaba los limites seguido de la responsabilidad pero sobre todo la puntualidad era lo que mas les distinguía.

A las 9:00pm tocó el claxon de su Ferrari frente a la casa de los Pawell y bajo de ahí acomodándose su elegante traje, subió los pequeños escalones para después tocar el timbre de la casa.

La señora Pawell acudió abrir la puerta y cuando el rostro de Zac deseó una vez mas tener otra hija para ser la suegra de ese coqueto hombre. Con carisma y simpatía le dijo que aguardara en la sala mientras que su hija terminaría de arreglarse en su habitación.
Genevieve ofreció a Zac una taza de té, el joven acepto amablemente mientras conversaba con ella sobre su estilo de vida, la platica se torno genuina con una dama joven que expresaba confianza en su rostro y que ademas le daba buenos consejos acerca de la vida, mientras pasaban las horas Zac se envolvió poco a poco en la platica sin notarlo.

-¡Ya son mas de las 10:00 y Kaitlin aun no esta lista! -Expresó viendo el reloj en su brazo y se puso de pie.

-Así somos las mujeres -Añadió Genevieve tirando de su mano.

-Pero llegaremos... Tarde.

La voz de Zac se cortó al instante cuando vio bajar de las escaleras a una mujer irreconocible, parecía un ángel que volaba o una blanca rosa natural que extiende sus pétalos en primavera con ese elegante vestido largo cubierto con un plumaje de la cintura al suelo que se arrastraba asta las puntas detrás de ella al margen que bajaba las escaleras. El vestido culminaba descubriendo sus hombros dejando lucir un collar de piedras preciosas. Su cabello había recogido y envuelto para sostenerlo con un pasador brillante. Zac se quedo con la coca abierta hasta verla pisar la alfombra de la sala.

-¡Te vez como toda una princesa! -La voz de Genevieve hizo volver la reacción de Zac y movió la cabeza para ver que no era un sueño.

-Te vez... Mas bonita de lo que ya eres. Estoy empezando a creer que mi amigo seria demasiado estupido si te deja ir.

-No le hables así a mi tesoro -Replicó Kaitlin curvando una sonrisa que ajustó el toque perfecto.

-Ya es hora de irnos -Zac posicionó el brazo y Kaitlin introdujo el suyo después de darle un beso a su madre de lo feliz que estaba. Ambos salieron de la casa de los Pawell a toda prisa.

Abrázame... En mis SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora