𝑷𝑹𝑶𝑫𝑰𝑮𝒀- Uchiha Sasuke.

¡Yuki!

"Desde antes de encontrarte, eres tú. Lo sé, amor"

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Sasuke Uchiha

10 meses con ella.

Cumplimos 305 días juntos y lo que siento sigue más que intacto.

¿Lo peor?.

Es que en 2 días más, tan solo 48 horas me quedaban y yo ya no estaría en casa, estaría dentro de unos barrotes, en una celda. Solo y sin Annami. Y encima en 2 meses cumpliríamos un año, el mejor de toda mi vida y tampoco podría estar con ella pero prometo que cuando salga lo compensaré.

El tema de la cárcel se había estado hablando esta última semana, el consejo, la Quinta y cualquiera que tuviera que ver políticamente con la aldea. Estaba todo decidido, yo me iría y no saldría hasta el tiempo estimado, me dejarían en una celda, solo, sin compañeros pero supongo que me lo merezco, he hecho sufrir a bastante gente y me arrepiento. Les informaron a los demás de la generación de mi situación, nadie lo sabía, solo Annami. El que peor reaccionó fue Naruto, diciendo lo injusto que era cuando últimamente había estado protegiendo a la aldea, pero después de discutir el tema por vario tiempo, Kakashi le hizo entender que todo lo cometido tenía un precio por pagar.

En términos de condiciones, usaré la ropa normal que tengo ahora pero en mis ojos tendré un tipo de tela con un sello bastante resistente. Los sellarán en caso de que "intente" hacer algo, que no va a pasar, las visitas aún son un tema por ver, Tsunade está haciendo lo que puede pero solo por alguien que ella quiere, Nami, quiere hacerlo solo para que mi Hatake sea capaz de verme aunque sea una vez al mes.

Cuánto la extrañaría.

La observé en mi pecho durmiendo con una de mis camisas con el logo del clan Uchiha en su espalda que le quedaba muy bien. Su pelo despeinado, sus manos rodeando mi torso y sus piernas entrelazadas con las mías, ordené un poco su cabello para poder verla mejor, aprecié sus pecas que me enloquecían y las contaba cada vez que tenía la oportunidad sólo para poder reclamar besos, ¿cursi, verdad?. La abrazo más fuerte y suspiro, ayer llegó y se desplomó en la cama, habíamos entrenado todo el día y sinceramente me sorprendió.

Nunca se lo habían puesto fácil, más bien siempre fue al revés. Maduró a pasos agigantados y eso hizo que hoy sea así, el mundo está orgulloso de ella. Quizás es difícil de entender cuando no lo han vivido así, tan de cerca.

Ha conseguido ser ella misma después de que no tuvo identidad por años, intentando comprender cada situación que se le presentaba. Ahora disfruta cada momento de forma especial. Le da más valor a las cosas conseguidas. Es por eso que se puede confiar en mi Hatake, es porque ella nunca quiere de mentira. Si lo dice, es porque realmente lo siente, lo da absolutamente todo, con toda la ilusión. Y aquí sigue con su sonrisa, con sus ganas de hacer todo bien, con su mezcla de niña y mujer, creciendo cada día, entrenando para que cada vez que se levante sea todavía alguien mejor a pesar de que no lo necesite.

-Quisiera poder detener el tiempo, para poder retenerte más junto a mí...- la acurruqué con cuidado.- pero sabiendo que ese día llegará pronto, quiero aprovechar lo que nos queda y decirte lo mucho que te amo- susurré sin despertarla.

En este momento, aprisionándola fuerte al dormir, busco, como siempre, la tranquilidad cada vez que cierro mis ojos, inhalando su aroma. Parece poco, pero lo más bonito que le puedo decir es que estoy orgulloso de ella. Nada ni nadie podrá cambiar lo que siento por Nami, presente o ausente, a pesar de la intimidad, no necesito el cuerpo para amar a su alma eternamente.