𝑷𝑹𝑶𝑫𝑰𝑮𝒀- Uchiha Sasuke.

¡Mancha para borrar!

¡𝑳𝒆𝒔 𝒓𝒆𝒄𝒖𝒆𝒓𝒅𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆𝒏 𝒗𝒐𝒕𝒂𝒓 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒉𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂 𝒔𝒊 𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒆𝒔 𝒈𝒖𝒔𝒕𝒂!¡𝑴𝒖𝒄𝒉𝒂𝒔 𝒈𝒓𝒂𝒄𝒊𝒂𝒔!

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"Posiblemente me quería, vaya uno a saberlo. Pero lo cierto es que tenía una habilidad especial para herirme"

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Annami Hatake

Después de eso me fui, me fui dejándolo con una sonrisa burlesca y ganadora. Aún no lograba entender que pasaba y me era aún más difícil si él no hablaba, así que hoy será la última oportunidad para que mi Uchiha hable por voluntad propia.

Hoy sabré lo que esconde.

Porque no es normal que esto esté pasando, ningún sentimiento, ni comportamiento cambia de un día para otro, debe haber una razón para que esté así y la voy a descubrir ahora.

Me estaba preparando para ir, me bañé, vestí y tal vez pensé en el tipo de conversación que tendríamos o cómo responder persuasivamente para que abriera su boca y dijera todo lo que supongo que ha estado guardando.

Tengo esa jodida duda que me ha estado carcomiendo desde que comenzó con su rara actitud, lo he estado soportando debido a que creía que sobrellevar el tema de la cárcel era difícil, pero al parecer lo era más para mí que para él, ya no lo excusaría, ahora lo enfrentaría y le diré tal cuál me siento por qué si me pongo a pensar, yo no he hecho nada que lo pueda molestar así que no merezco ser tratada de mala forma, nunca hemos peleado pero si lo vamos a hacer tengo que decirle todo.

Así que aquí estoy, ya almorcé, ya me bañé, ya me vestí y estoy lista para emprender mi camino. No había dormido muy bien pero eso no me molestaba, ya me estaba acostumbrando, llevo así todo un mes, un día más, un día menos, no hace la diferencia.

Me estiré antes de salir del apartamento, hoy estaba nublado, así llevaba toda la semana, el invierno se hacía presente y de alguna me forma me animaba. Cuando estuve caminando por las calles de Konoha, mucha gente me saludaba, niñas pequeñas se me acercaban a hablarme tímidamente, parejas de ancianitos agitaban sus manos diciendo "hola", era un lindo escenario, me gustaría ser así en el futuro.

Cuando estuve a pasos de llegar a la cárcel me di cuenta de que esta vez habían dos guardias afuera, uno de pelo verde oscuro y el otro rubio, raro. Normalmente estaban a dentro o solía ser sólo uno, creo que debía haber llegado algún nuevo ladrón, quién sabe. Dirigieron su mirada casi al instante hacia mí cuando estuve al frente de ellos y se ubicaron en la entrada impidiéndome el paso. Alcé mis cejas y me crucé de brazos un momento para cambiar mi rostro a uno serio.

-¿Qué creen que hacen?- les pregunté.

- Annami-san, no se puede entrar- me respondió uno de ellos.

-¿Desde cuándo?- fruncí el ceño levemente.

-Verá, es que hoy no se pueden recibir visitas- dijo su compañero.

-Verás, yo tengo permiso del consejo- puse mis manos en mis caderas- así que me van a dejar pasar.

-Es en serio, hoy no se reciben visitas para nadie- afirmó el primero mientras su amigo asentía al mismo tiempo.