𝑷𝑹𝑶𝑫𝑰𝑮𝒀- Uchiha Sasuke.

MEDICINA

¡𝑳𝒆𝒔 𝒓𝒆𝒄𝒖𝒆𝒓𝒅𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆𝒏 𝒗𝒐𝒕𝒂𝒓 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒉𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂 𝒔𝒊 𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒆𝒔 𝒈𝒖𝒔𝒕𝒂!¡𝑴𝒖𝒄𝒉𝒂𝒔 𝒈𝒓𝒂𝒄𝒊𝒂𝒔!

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"El amor es querer, cuidar, respetar, compartir y dedicar tiempo a la persona que amas"

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(Período de cuando Sasuke y Annami estaban juntos, él se enferma)

Narradora

Era casi de noche cuando la Hatake sintió que alguien abre la puerta del departamento mientras ella estaba planchando su ropa ninja.

Por el marco de la puerta apareció su novio, recién llegado de una misión, con una cara de cansancio notable pero que emitía una sonrisa al ver a Annami.

-Ya estoy en casa, Nami.- avisó caminando hacia ella.

- Bienvenido, Sasuke-kun.- lo saludó y él plantó un beso en su frente.- ¿Cómo estuvo la misión?.

- Estuvo bien pero a la vez fue agotadora.- bufó comenzando a sacarse la ropa.- Iré a tomar una ducha.

- Está bien.

El Uchiha desapareció por la puerta del baño y al instante se escuchó el agua correr. Así fue por un rato hasta que unos minutos después se escucho que la entrada de esa habitación era abierta.

- Yo también me iré a duchar.- susurró para su misma la ojilila pero alguien la interrumpió.

- Oi Nami, te espero en el dormitorio.- dijo un azabache recién salido del agua, sólo con una toalla en su cadera y su abdomen a la completa vista de la chica.

Su novia no pudo evitar casi atragantarse por lo inesperada que fue su acción, dejándola con los ojos abiertos y él dándose la vuelta para seguir con su camino.

- Se refiere a...

Un foco se prendió en su cabeza y fue al baño para ducharse con los nervios más que vivos como siempre que Sasuke le insinuaba algo. No dudó en arreglarse un poco y cuando estuvo lista, salió de ahí para dirigirse a su cuarto y asomarse por el marco de la puerta. Pero todo se arruinó cuando lo vió durmiendo plácidamente en la cama, dejándola con una aura decepcionada pero se veía venir.

- Descansa...- se acercó a él y lo tapó más con las mantas.- Era de esperarse... no duermes mucho en las misiones.- se rió leve.

Ella terminó de verlo y siguió pensando en como dormía tan despacio y profundo. Luego, se acostó al lado del azabache quien automáticamente envolvió su brazos alrededor de ella y dejó descansar su mentón en uno de sus hombros haciendo que la ojilila sonriera.

{...}

Era una nueva mañana en Konoha, hoy habría un buen clima, el sol estaba presente, la luminosidad comenzaba a colarse por la ventana y darles en la cara a la pareja que se encontraba durmiendo como siempre, uno estrechando al otro, repartiendo calor corporal y cariño en el apartamento de cierta peligris.