𝑷𝑹𝑶𝑫𝑰𝑮𝒀- Uchiha Sasuke.

PRODIGY; un nuevo comienzo.

"Siempre me vas a querer. Yo represento para ti todos los pecados que nunca he tenido el coraje de cometer"

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Annami Hatake

Caminaba por el bosque, uno de los muchos que me había encontrado. No tengo idea de hacia dónde voy pero simplemente sigo hacia adelante, me he topado con pequeños pueblitos pero nada fuera de lo normal.

Ha sido difícil, bastante difícil tratar de alejarme sentimentalmente de Konoha.

Y es que ni siquiera lo entiendo. Olvido nombres, olvido jutsus, olvido armas. Olvido casi todo.

¿Pero dónde está mi mala memoria cuando quiero olvidar a alguien?

Y es qué hay días en los que no se está mal, no se está triste, pero siento algo, hay algo. Ese algo es llamado vacío, pero no un vacío de algo material, es un vacío de algo que va más allá, es la falta de una cosa o quizás de alguien y lo peor es que estoy consciente de que no hay nada que pueda hacer para llenar o tapar ese vacío que parece más bien una necesidad. Nadie está, Nadie abraza y dice al oído "aquí estaré" como tantas veces me he repetido.

Y eso duele...

Pero prefiero que los demás estén bien antes que yo.

Estar para todos. Para todo. Sin esperar nada a cambio.

Pero bueno, no puedo hacer nada.

He entrenado cada día desde que me fui pero la situación se ha puesto rara, me negué a hacer cosas que me pidió la voz. Fue una de las peores cosas que he decidido, me persiguen, no personas, son otras cosas. Probablemente si se las especificara me dirían que estoy loca.

Oh y ya me saqué las vendas del ojo, no tenía un espejo así que me acerqué a un río para ver mi reflejo. Lo raro es que no había nada extraño, sólo un ojo negro, como el que tenía antes pero aún así se sentía diferente y me picaba a veces pero supongo que es normal.

Hace una semana me he estado quedando en el mismo lugar, simplemente porque se me dió la gana. Tengo la carpa armada, una pequeña fogata y una que otra provisión. 

Ya estaba anocheciendo y el frío se hacía presente, prendí la madera que tenía al frente y con una mini ollita comencé a a calentar el agua. Antes de quedarme aquí, había encontrado un tipo de bodega en la cual vendían cosas, con el dinero que traía aproveché la oportunidad y compré una variedad de comida, sobre todo un Ramen instantáneo premium, al verlo me provocó nostalgia, recordé a Alfred, a Sasuke, a Neji, a Naruto. Lo compré porque lo merecía, era un día especial, supongo que debía hacer algo por eso.

Me senté en el suelo de tierra y pasto, me estiré haciendo que uno que otro hueso sonara por la repentina acción. Luego tomé el envase de Ramen y lo abrí cuando el agua empezó a burbujear, signo de que ya estaba hirviendo. Junté ambas cosas y cerré la tapita para que se enfriara un poco.

Mientras me dediqué a ver una ramita, la tomé entre mis manos y se me ocurrió una idea. Con el palito empecé a dibujar una figura, le hice unos detalles y hasta le puse mi nombre, algo de felicidad no me haría mal.

Cuando estuvo listo, lo admiré, había dibujado en pastel en la tierra, hoy cumplía dieciocho, un cumpleaños que iba celebrar sola.