Capítulo 1: Paz

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Escucha las campanas sonar con gran estruendo, las vibraciones mueven el suelo donde se encuentra entrenando con su hermano mayor.

Los guardias y guerreros marchan hacia una sola dirección, con las manos apoyadas en las empuñaduras de sus espaldas. No pasa demasiado tiempo para que ellos mismos sean dirigidos al Salón del Loto, donde su padre los espera sobre el trono.

El galopeo de los caballos se acerca demasiado rápido, reconoce gritos y alaridos de sus amigos y compañeros de entrenamiento. Desenfunda a Sandu cuando ve la sangre colarse debajo de las puertas.

Pronto un nauseabundo aroma a roble inunda la sala junto con la llegada del hombre de blanco, luce un par de túnicas blancas manchadas de rojo y dos hombres igual de imponentes van detrás de él. Fácilmente puede identificar a los tres como qianyuan¹. El Rey de Gusu Lan sonríe mientras analiza cada esquina del espacio, sonríe cuando choca miradas con su padre.

Que el ejército de Gusu Lan esté en el territorio de Yunmeng, solo significa una cosa.

Qishan Wen y Lanling Jin han caído, posiblemente terminaron siendo cenizas y cadáveres amontonados. Él tenía fe en que Qinghe Nie, el Reino más bárbaro y atroz que conocía, hubiera combatido y acabado con la amenaza. Pero la mera presencia de aquellos indicaba lo contrario.

Sintió que su pecho se hundía en pensar en Huaisang, su mejor amigo de la infancia junto a Wei Wuxian.

— Lan Qiren — escuchó a su padre pronunciar desde el trono.

— Me es una ofensa que me recibas con tanta hostilidad, Rey Jiang — sonrió de lado, mirando a los lados del trono —, veo que has formado una extensa familia.

— Qué es lo que quieres? — sin una sola palabra, el hombre de barba señaló con la punta de su espada a su hermana.

— El Rey Jin fue rápido en entregar a uno de sus hijos, fue difícil quitar al pequeño kunze² bajo el cuidado de los guardias de Qinghe Nie y de los Wen no quedó más que sus cenizas — explicó dando un paso delante —, espero que no hagas las cosas más difíciles Fengmian.

Cuando su madre estuvo a punto de saltar, fue su hermana quien se había puesto de pie, mostrando su abultado vientre de algunos meses. Al contrario de lo pensado, la mirada del de blanco no vaciló en pasar una vez más por cada integrante de la familia.

— No es la única joya entre tu familia.

.

— Como su consejero, mi Rey, le pido que entregue a Jiang Wanyin como señal de paz para el Reino — un anciano dijo tras la partida de Lan Qiren a las afueras de la ciudad principal, de rodillas mostrando que él mismo sabía lo atroces que era su sugerencia.

Por orden su hermana, Jiang Yanli, debía ser entregada. Pero afortunadamente para ella, se trataba de una mujer casada, una mujer impura. Él era el siguiente, como kunze sabía que algún día sería entregado a un qianyuan que ni siquiera conocería, pero jamás pensó que sería entregado a un hombre tan despiadado.

— Me opongo! Yunmeng Jiang tiene cientos o miles de jóvenes, no veo la necesidad de que Wanyin sea entregado — Wei Wuxian, su hermano adoptivo y guardia principal había alzado la voz con furia.

— Wei Wuxian, conoce tu lugar! No tienes ningún derecho de abrir la boca — su madre lo había callado.

— Yo iré en su lugar, seré obediente y seguiré las reglas de Gusu Lan — volvió a hablar — Wanyin es el principe, el heredero al trono, no pueden entregarlo así!

El Concubino Del Jade Donde viven las historias. Descúbrelo ahora