Volterra.

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—Espéranos en la entrada principal.

Alice recogió su maleta y la de Adara en una mano, dejando la otra libre para que Adara la tomara. Juntas se echaron a correr lo más rápido que un humano lo haría. Se detuvieron en un sanitario donde cambiaron su ropa por algo que les cubriera más la piel; no iban a un lugar donde pudieran fiarse del sol.

Salieron al estacionamiento tratando de controlar su velocidad. Alice observaba todos los vehículos con impaciencia.

—Necesitamos algo sumamente rápido.

—No se mucho de autos, pero, ¿Qué tal ese? —señaló un llamativo deportivo amarillo.

—Un Porsche turbo... perfecto.

Ambas corrieron al vehículo. Adara admiraba sorprendida como Alice abría el auto sin llamar la atención y lo encendía sin problema.

—Tienes que enseñarme a hacer esto. —señaló a su alrededor cuando entraron al auto.

Salieron del estacionamiento hasta la entrada, donde Bella las esperaba con una gran expresión de sorpresa. Adara sonrió emocionada. Su ánimo había mejorado desde que salieron del avión y el olor predominante ahora era el cuero.

—¿No podían haber robado algo menos llamativo?

—La verdadera pregunta es si pudimos haber robado algo más rápido. Y no, tuvimos suerte de que Adara lo encontrara.

La mueca de Bella, aterrada por como la velocidad iba en aumento hizo sonreír a Alice. Adara soltó un gritito de júbilo cuando la aguja del velocímetro sobrepasó los 250 kilómetros.

Por la velocidad a la que iban no le sorprendió ver Florencia por la ventana. Aunque prácticamente se habían embarcado en una misión suicida, Adara no podía evitar sentirse emocionada mientras colinas y pueblos amurallados se alzaban cada vez más cerca. Probablemente su emoción no solo era la velocidad y la vista semejante a castillos, sino el hecho de haber resistido a sus propios instintos y no haber matado a nadie.

—¿Qué día es?

—Eh... ¿diecinueve?

—Qué gran ironía. Es el día de San Marcos.

—¿Y eso que importa? —Alice volteo a Adara por unos segundos, Bella la obligó a regresar la vista al camino.

—Festejan la expulsión de los vampiros de Volterra. De esta celebración nacen todos los mitos como las cruces y los dientes de ajo. Es el escenario perfecto porque San Marcos es Marcos de los Vulturis, es su celebración, no permitirán que arme un escándalo.

—Edward sí que sabe cómo liarla. —trató de disimular su sonrisa. —Y a mí que me parecía algo aburrido por no decir soso.

Bella le dio un golpe en la cabeza desde el asiento trasero.

—Entonces, ¿Qué debo hacer? —preguntó cambiando de tema.

—Solo tiene que verte, no tienes que limitarte a hacer nada más. Debe verte a ti antes que a Adara o a mi para que no crea que mentimos.

—¿Lo ves? Sencillo, Bells, no tienes nada de qué preocuparte, literalmente solo debes caminar... por favor no te vayas a caer.

El gemido de miedo de Bella fue ahogado por sus mismas manos que escondían su rostro. Alice señaló con la cabeza hacia la humana, Adara enarcó una ceja ante la mirada de la vampira. "Cálmala" articuló. La neófita asintió mientras abría la boca como diciendo "ah, sí". Dejó salir delgados hilos de sus manos guiándolos a Bella. Emanaban por el asiento trasero, rodeando a la humana y absorbiendo su miedo poco a poco.

Hematoide.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora