Hematoide.

Sentimientos.

—¡Fabuloso! Así podremos darle una paliza a este Demetri. —Rosalie le dio una reprimenda a Emmett.

—¿Por qué queremos atacar a Demetri? Fue el más amable y menos aterrador de todos. —Jasper cruzó los brazos sobre su pecho con una leve mueca de disgusto.

—Lo usarán para llegar a ti. Vi lo que Aro planeaba, quería que Demetri conectara con tu mente. —la expresión de duda en Adara no disminuyó.

» Demetri es un rastreador impresionante. Logra captar... la clave, la esencia en la mente de las personas y entonces las sigue, incluso a grandes distancias. Entre más en contacto este con alguien es mejor, así le da tiempo de familiarizarse. Por eso Aro lo acercó a ti, para que, en caso de que te negaras pudieran seguirte la pista.

—Nos encargaremos de él. Nadie podrá acercarse a Adara. —todos voltearon a ver a Jasper quien se erguía en pie.

—No necesito de tu protección, no necesito de la protección de nadie. Si los Vulturis vienen a buscarme yo me haré cargo. No me dan miedo.

—No voy a quedarme de brazos cruzados si vienen.

—Ya no soy tu problema.

—Jamás te he visto como un problema.

Adara se puso en guardia mientras Jasper se acercaba lentamente. Todos los presentes voltearon a ver a Edward, tratando de comprender porque ambos lucían tan a la defensiva. Bella parecía ser la única en comprender que pasaba: Adara no perdonaba tan fácilmente.

—Perfecto, así no debes preocuparte por mí ni sentirte atado. Podrás desaparecer siempre que quieras sin sentir ningún tipo de responsabilidad.

Jasper bajó la mirada levemente. Adara sintió la culpa de Jasper mientras lo observaba con atención.

—Jasper no se irá. —dijeron Edward y Alice al mismo tiempo.

—Lo he visto, Ada, se quedará aquí... contigo. —Adara pasó la vista de Alice a Jasper repetidas veces, como si observara un partido de tenis.

Pensar en que Jasper quería estar con ella le emocionaba, le obligaba a reconocer que aún lo amaba. Aunque eso no era suficiente para que Adara olvidara lo que había pasado en los últimos meses. La tristeza y el enojo que la habían dirigido por los meses anteriores no desaparecería solo porque Jasper se preocupara por ella. No se permitiría sucumbir

—Bien por él... buenas noches.

Se despidió con un asentimiento de cabeza y salió de la casa en dirección a la suya. Edward llevaría a Bella.

—Suerte. —escuchó la voz de su hermana a lo lejos.

No le sorprendió ver como Jasper se acercaba a ella corriendo. Fingió no notar su presencia y aceleró su paso. No se detuvo hasta llegar al patio de su casa. Se recostó en el pasto, que seguía húmedo por la anterior lluvia.

—Pensé que irme garantizaría tu seguridad, jamás se me ocurrió que...

—Basta, ¿sí? Ya no quiero oír más. —le interrumpió con fastidio, no quería estar enojada para siempre, ni siquiera con Jasper. —Acepto tus disculpas, solo... no vuelvas a tocar el tema, ya no importa.

Si realmente Jasper regresaría no valía la pena que siguieran en malos términos. Por su paz mental prefería que todo estuviera en calma. Mas no tenía intenciones de que retomaran su relación, si es que Jasper lo mencionaba en algún momento. Había perdido toda la confianza que solía tenerle.

—Solo una cosa más. —asintió. —¿Por qué no me avisaste?

—Estaba avergonzado. Tuve un desliz que pudo acabar con la vida de tu hermana, no quería escuchar lo mucho que me odiabas.