Hematoide.

Desaparición.

Después de haber encontrado la casa vacía de los Cullen, el sentimiento de vacío y abandono la estaba atormentando más de lo que creyó posible. Condujo lo más rápido posible hasta la casa de Jacob, él era su único consuelo.

—¡Hola, Bella!

—Hola, Jacob. —le saludó, tratando de disipar aquel horrible sentimiento.

Al igual que las semanas anteriores pasaron la tarde charlando, distrayéndose. Bella observaba a Jacob trabajar en las motos, entusiasmada por la idea de usarlas pronto e incumplir su promesa.

Cuando la noche llegó Bella y Jacob caminaron en dirección a casa de los Clearwater para recoger a Adara y así poder volver a casa. Para su sorpresa, Leah y Paul parecían estar esperándoles. Un mal presentimiento inundó a Bella, ¿Por qué su hermana no estaba con Leah? Trató de ignorar el revoltijo que el miedo estaba creando en su estómago.

—No está aquí. Hace un rato se fue con Sam. —el tono de voz de la morena demostraba lo molesta que estaba.

Bella suspiró con fuerza. Su preocupación aumentó el doble.

—¿A dónde? —Jacob observaba furioso a Paul, tal vez creyendo que querían unir a Adara a su extraño grupo.

—No especificaron. Adara quería irse y Sam se iría unos días al bosque, de campamento. Supongo que le vino como anillo al dedo.

—Estas mintiendo, deja de proteger a Sam.

Bella, al igual que Leah, no le creía nada a Paul, sin embargo, aquello del campamento inesperado sonaba a algo que Adara haría. Con la idea de lo impulsiva que su hermana solía ser trató de callar la voz en su cabeza que le repetía que algo malo pasaba.

—No suena tan descabellada la idea. —dijo, aun pensando en las posibilidades. —Pero, ¿Por qué querría irse? Así, repentinamente.

—Leah y ella pelaron...

—Cierra la boca, Paul, tú no sabes nada. —le interrumpió Leah.

—...y todos sabemos que Adara ha estado un poco... impulsiva. Asumo que una discusión fue más que suficiente para orillarla.

—¿Desde cuándo la conoces tan bien? —Jacob lo observaba con los ojos entornados.

—Es mi amiga, por si lo olvidaron, ella solía venir conmigo y Sam a nadar.

Para su propio lamento, Bella estaba creyendo todo lo que Paul decía, sin duda concordaba perfectamente con algo que Adara haría, la mayoría de sus decisiones se apegaban a tres normas: que sea impulsivo, arriesgado y con la oportunidad de una gran anécdota.

—Bien... a Charlie le agrada Sam, le diré que se fue de campamento con él. —Paul asintió aliviado de que hubieran creído su mentira. —¿Cuándo volverán?

—No estoy muy seguro, Sam planeó... dos, tres días.

Bella asintió, tratando de autoconvencerse más, aún tenía un mal presentimiento. Jacob observaba atentamente a Paul, sin creerle en lo más mínimo.

[***]

—Si, lo creyeron. Jacob no se callaba, pero parece que para Bella fue suficiente.

Se quedó en silencio, observando al gran lobo, luego, el cuerpo de Adara, mucho más pálido que de costumbre, en especial si se comparaba con el oscuro pelaje del lobo. No podía creer que estuviera en esa situación, con Sam liderando aquella misión.

—¿Crees que sobreviva?, mejor dicho, ¿Qué haremos si sobrevive?

El gran lobo se levantó del suelo, estirando levemente las patas, caminó lejos de ambos, ignorando las preguntas de Paul. Luego, regresó al lado de Adara en su forma humana.