Había pocas residencias privadas en Gran Bretaña que evocaran la historia y el poder que emanaba de sus cimientos con tanta facilidad como la Mansión Malfoy. En Wiltshire había sido considerada como una mansión solariega de infinitas hectáreas. El hogar de los Malfoy durante generaciones de magos orgullosos de su sangre pura. El lugar de residencia de Lord Voldemort durante su ascenso al poder y el cuartel base para los mortífagos y sus prisioneros. Había sido un lugar ensombrecido por la niebla y la magia oscura. Por los gritos encerrados en el recuerdo de aquel lugar. Por los dos años que Garrick Ollivander recuerda encerrado en aquellos sótanos de una familia a la que se negó ser él el que ayudara al último de la estirpe a escoger una varita y fue su hijo el que, a regañadientes, ayudó al joven Scorpius Malfoy en su primer año en Hogwarts. Por el asesinato de la profesora Charity Burbage quien enseñaba cómo los muggles no eran tan diferentes a los magos y a las brujas. Por el secuestro de Luna Lovegood, Dean Thomas y Griphook. Por la muerte y el sufrimiento que aquella Mansión produjo en Dobby, uno de los seres queridos de Harry Potter, quien murió al proteger su huida de aquel edificio. Por la tortura a la entonces Hermione Granger. Por el odio que, por aquella razón, jamás se erradicaría del corazón de Ronald Weasley. Por las leyendas y las verdades tan oscuras que intentó subsanar Draco Malfoy. Por todo lo oscuro de lo que el hombre aprendió y mejoró para su hijo.
Astoria Malfoy había llevado a cabo una gran labor en la reconstrucción y la redecoración de aquel lugar. Parecía que emanaba luz, en lugar de oscuridad. La dulce voz de la madre de Scorpius Malfoy les había dado la bienvenida a su hogar. Por primera vez en generaciones de Malfoy, aquella mansión sí que podía llamarse así.
Él había sido el primero en llegar. No porque siempre fuera rigurosamente puntual. Sino porque, pese a no ser aquella su casa, él era el que dirigiría aquella reunión. Pidió a sus padres que no fueran con él, pero le acompañaron al comienzo de aquel camino. Apreciaba el entusiasmo de Astoria Malfoy por ser la anfitriona de una reunión tan peculiar y no quería que se viera empañado por el oscuro y trágico recuerdo que tenían sus padres del vestíbulo y del sótano. Incluso si no pareciera el mismo. Incluso si hacía unos años ya habían acudido allí para ayudar a Draco Malfoy.
Conocía el temperamento y la explosividad volátil de su padre. Su madre podría retener la mueca de disgusto gracias a la experiencia de su carrera política. Pero Ron Weasley, su padre, podría ser maleducado y torpemente intrusivo en los asuntos que no eran suyos. Incluso frente a la viuda y los hijos huérfanos de un padre que había dado su vida para no ofrecer ayuda al Ojo. Su hermana era exactamente igual que su padre. Una emoción descontrolada era una pérdida de tiempo.
Había caminado por un sendero angosto flanqueado por sendos lados por setos recortados pulcramente y decorados con flores de colores pasteles y rosados. Parecía como entrar en una paleta de colores de una casa de campo del siglo XVIII muggle. Escuchó el trinar de los pájaros de fondo. Era principios de agosto. El sol abrasaba su nuca pálida. No había salido de la biblioteca de su casa ni la de la biblioteca del profesor Binns en todo el verano. Los rayos de sol sobre su piel poco acostumbrada a su fuerza le dejarían una sombra anaranjada al acabar el día. Las puertas de hierro se retorcieron y formaron la figura de un dragón que le preguntó el motivo de su visita. Una vez dicho las palabras mágicas, se adentró hacia ellas.
Había oído historias sobre la cara espantosa con voz retumbante que debían haber tomado forma aquellas rejas en lugar del dragón. ¿Sería aquello un retoque de Astoria Malfoy? Se preguntó en seguida si Lucius Malfoy sabía algo sobre aquello. No pudo evitar retorcer las comisuras de sus labios. Astoria Malfoy le sorprendía. Desde luego, entendió por qué Lucius y Narcissa Malfoy la habían «desaprobado» cuando, después de la Segunda Guerra Mágica, Draco la eligió como esposa enfrentándose a sus padres. Después del veto a aquella mansión a los señores Malfoy por parte de Draco Malfoy antes de fallecer, Astoria Malfoy había convertido a la familia Malfoy en un modelo a seguir. No había mes que la viuda anunciara donaciones a la Plataforma Élfica de Defensa de los Derechos Obreros o al Instituto de Estudios Muggles, entre otras de sus acciones.
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La tercera generación V
RandomLa nueva generación se enfrenta una guerra que se acaba de desatar. Las profecías se están cumpliendo y están favoreciendo a la oscuridad. ¿Les espera un mundo oscuro? ¿O podrán cambiarlo?