-Estoy orgullosa de ti.
Él oyó esas palabras como si fuera la última gota de agua de un desierto. Nunca los labios de aquella mujer habían pronunciado tales sonidos. No se giró para confirmar que no había sido su imaginación. Al contrario. Evitó su mirada rasgada. Sintió el peso del mundo caer sobre sus hombros. No era culpa. No era arrepentimiento. Sino responsabilidad. Ya no dependería de ella.
-Sé que te hubiera gustado que fuera de otra forma -Fue lo que dijo.
-¿Qué más da? -Suspiró la voz de la mujer que se encontraba a sus espaldas. Él se mordió la lengua por dentro. La apretó con saña. Como si así pudiera detener las palabras que quería dedicarle. No era el momento. Ni lo sería nunca. Wakanda no aceptaría su disculpa. No era una traición, precisamente, lo que estaba a punto de hacer. No era una rebelión. Era su destino. Siempre lo había sido. El hecho de que decidiera hacerlo entonces, por el motivo por el que lo hizo, no cambiaba nada. Wakanda no aceptaría un perdón que procediera de la magia más pura. No había nada que perdonar. -Ahora, arrodíllate.
La orden entró en su pecho como siempre lo hacían en el resto de licántropos de la manada. Como si le hubiera caído un rayo y le sacudiera todo su cuerpo. Hincó su rodilla en el suelo. Ofreció su rostro a la luz de la Luna que tenía sobre su cabeza.
Sentía los ojos de los presentes sobre su cuerpo desnudo. Lleno de sangre y heridas. De arañazos. De cicatrices. Pese al dolor que sentía, no temblaba. No se sacudía. Aún le escocían las garras de la que había sido su manada sobre su piel abierta. Y él los había vencido a todos ellos. La sangre recorría su torso desnudo hasta gotear en la tierra húmeda de un claro en un bosque escocés. Clavó su mirada en las familiares expresiones que le daban apoyo. Y que tenía en frente de él.
-Estoy preparado -Anunció Alexander Moonlight.
Wakanda se transformó en el lobo pardo que era. Posó sus garras sobre los hombros de Moonlight. Clavándolas en ellos. El joven apretó los dientes y encajó la mandíbula para que no se le escapara un grito de dolor.
Las garras se convirtieron en uñas humanas. El pesado rugido de Wakanda se trasnformó en palabras de una América primigenia. Elaborando un discurso que nunca en la historia se había pronunciado en voz alta. El peso de su pecho comenzó a liberarse conforme Wakanda alcanzaba el extásis en su ritual.
-...Eres un lobo libre -Dijo en su particular inglés rasposo. -Eres un lobo libre de crear tu propia manada.
Moonlight cerró los ojos para acoger toda la magia que se desprendió de aquel ritual. Wakanda sacó sus uñas de su piel. Como un gesto en el que lo liberaba de su dominio. De nuevo, Moonlight no se giró para verla. Barrió su mirada, en cambio, por las tres figuras desnudas que a la luz de la luna se habían arrodillado ante él.
Se incorporó. Sin importar sus heridas. Sin importar su propia sangre y la de su antigua manada sobre su vello. Se convirtió rápidamente en lobo. Con toda su magnitud se acercó a las tres figuras. Respiró profundamente.
Con los ojos apuntando a la Luna, comenzó a decir las palabras en el idioma que había utilizado antes Wakanda. No obstante, su propio discurso no era para liberarse. Sino para convertirse en algo más. Algo que su antigua Alfa le había augurado, en incontrables ocasiones, que debía hacer una vez llegara el momento.
Antes, el mundo solamente conocía a una manada de licántropos. Un solo Alfa.
Pero, en ese instante, Alexander Moonlight estaba creando otra manada. Se había convertido en Alfa. Por primera vez en la historia de la magia, había dos Alfa. Por primera vez en la historia de la magia, había esperanza para aquellos licántropos de Europa que vagaban solitarios y encadenados en una forma que anulaba su humanidad y su moral. Alexander Moonlight se estaba comprometiendo a ayudarles. A crear una manada en Europa. A fundar una Luperca europea a la que aún debía dar un nombre.
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La tercera generación V
SonstigesLa nueva generación se enfrenta una guerra que se acaba de desatar. Las profecías se están cumpliendo y están favoreciendo a la oscuridad. ¿Les espera un mundo oscuro? ¿O podrán cambiarlo?