CAPÌTULO 5 SECUESTROS

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Al terminar los veinte casos más importantes, mi escritorio se llenaba de una decena de casos más por semana, la ciudadanía estaba agradecida por meter a la cárcel a los delincuentes, sobre todo a los narcotraficantes que envenenaban a sus hijos con drogas, o meterlos de sicarios, surgieron nuevos casos en Seattle que estaba impactando a la ciudadanía, este nuevo fenómeno no tenía precedente, secuestraron al accionista mayoritario de bienes raíces, el afamado multimillonario Oliver Smith Johnson, nuestros contactos movieron sus hilos para las cámaras de seguridad donde fue la última vez que los vieron, unos encapuchados lo subieron a una camioneta color negro, no sin antes colocarle una manta negra en la cabeza, cubriendo el rostro del secuestrado, en la avenida Capittol Hill, siguieron Brodway y dieron vuelta en Volunteer Park, de ahí se encontró solo la camioneta, nada de huellas de los maleantes.

Tenemos a los familiares del señor Smith prácticamente todo el día, sin avances y solicitamos el apoyo de la ciudadanía si habían visto algo sobre donde se encontró la camioneta, pero al momento nada, yo seguía con los casos en la corte y la verdad estos eran pan comido, siempre tenía una evidencia para el departamento de justicia, pero nunca de un secuestro, a la siguiente semana se tuvo otro secuestro, ahora era una multimillonaria en la moda, la reconocida modista Amelia Margaret Williams Brown, ella es la madre de mi amiga Leila Williams, que fue conmigo al crucero de mis quince años, a esta gran empresaria la sometieron del mismo modo que en el anterior caso, su secuestro fue en las calles de Volunteer Park y Brodway, esa es la avenida principal para recorrer Seattle, mismo modo operandi.

Lo más curioso en estos casos, es que no piden recompensa a los familiares para entregar a los secuestrados, no hasta ahora con los dos casos que tenemos, se ha tomado la medida de seguridad a casi todos los millonarios de la ciudad, a pesar de que muchos tienen seguridad particular, en los casos de estos dos no la tenían y fue fácil que los agarraran por sorpresa. A la siguiente semana se tuvo el anuncio de otro secuestro, lo más extraño es que no mataron a la seguridad del secuestrado, solo los hirieron no de gravedad, le tocó el turno a Jack Jones Miller, empresario multimillonario dedicado al comercio automotriz.

A decir verdad yo no tenía que ver nada con investigaciones, pero me preocupaba mucho mis padres, también son millonarios y no están exentos de que ellos sean los siguientes, cuando salgo a trabajar siempre les llamo cuando puedo, ellos me dicen que me tranquilice, pero después de tres secuestros en la ciudad y no se sabe nada de ellos, me preocupa. Esto se estaba saliendo de control, cada semana se tenía un secuestro, patrullaban Brodway seguido y las avenidas principales de Seattle pero aún asì, los maleantes esperaban el momento de atacar a su siguiente víctima, estamos especulando que es alguien de las familias, porque saben dónde y cuándo tienen a su presa, teníamos ya siete secuestrados en total.

Se sumaron: Emma Mary Murphy O'Kelly, millonaria dedicada a la importación y exportación de telas, Harry Davies O'Brien, millonario de marcas deportivas en el mundo, Noah Michelle O'Neill Connors, millonaria dedicada al espectáculo a nivel nacional e internacional, Robert Kyle Lee Anderson, el mayor dueño de gasolineras en todo el país, y para cerrar con broche de oro y destrozar a mi jefe, fue el secuestro de su hijo Christian Theodore Treyvelan Grey, multimillonario con una empresa que su página web se define como la firma "líder global en tecnologías de la comunicación, economía sostenible y soluciones para la próxima generación, en resumen, "el hogar de quienes se apasionan por el cambio en beneficio del bien común.

De ninguno se ha pedido rescate, he llegado a la conclusión junto con mis informantes, que esto es pegarle directamente al Departamento de Justicia, le queda un año a mi jefe para saber si se queda o se va como procurador, ese es el tiempo que el presidente le da para dar resultados de los casos, todo es silencio en las oficinas, en cuanto llega el jefe nadie hace ningún ruido. Uno cada semana, veo el mapa en la oficina de mi jefe detenidamente, todos los secuestros se han dado en calles que desembocan a Brodway, se ha rastreado con perros del ejército y nada, de hecho se ha solicitado investigar con autorización del jefe, todo el circuito del drenaje, buscar por cielo, mar y tierra, embarcaciones que hayan salido ese día, hemos topado con algunas lacras para desviarnos de la investigación, yo no voy pero mis informantes me tienen al tanto, los tomaran como sospechosos.

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