─ Vamos hacer la regresión de tu vida, a partir del día que fueron a dejar a tu hermana al barco, tomaré nota Christian.
─ Recuerdo ese día, fuimos acompañar a mi hermana Mía al puerto, Leila y su madre todavía no llegaban, por lo que mis padres nos invitaron a desayunar, Elliot y yo estábamos muy contentos de ver a mi hermana muy feliz, sobre todo que irían mis padres con ella, prácticamente la crema y nata de Seattle, tenía una linda chica que cumplía o iba a cumplir sus quince años, o lo que restaba del año. Quedé sentado a un costado de mi padre, tenía la panorámica de ver quien subía y bajaría de ese gran trasatlántico, las ventanillas del restaurant eran amplias, así también veía disimuladamente quien entraba o salía del restaurant.
Así pues vi que Leila llegó con sus padres, además noté que Steve estaba a su lado, ellos no sabían que yo los observaba, su acercamiento no era normal, él la tomaba de la mano y caminaban por ratos, eso me enfureció mucho pero no dije nada, ya estábamos por terminar de desayunar y ahí fue donde la vi, esa chica castaña de cabello largo, Jeans azul marino y una sudadera que le quedaba a medio muslo, aun así se le notaba su figura esbelta, no dejaba de verla, su sonrisa y el cariño con que la abrazaban sus padres, me puse muy nervioso cuando se acercaron a la mesa contigua, saludaron con buenos días y diciendo provecho, los tres al unísono.
En esos momentos me olvidé completamente de mi novia y mi amigo, mi atención se fijó en ella como un imán, desafortunadamente desalojamos el restaurante y ellos se quedaron, faltaba todavía una hora para que partiera el barco, cuando nos acercamos donde estaban los padres de Leila y ella, me sentía diferente, sentía como el latido de mi corazón se aceleraba cada vez que volteaba al restaurante, Leila se acercó a mí y me besó, la quité casi de inmediato, no quería que la chica de los ojos azules y cabellera castaña me viera con ella.
Ella notó mi cambio brusco, porque realmente me puse los lentes para sol, no quería que viera que mi mirada estaba puesta en esa chica, es más, no sabía si ella iba abordar el barco, probablemente fueron a desayunar al puerto, se fue aglomerando la gente que partiría, subieron muchos chicos universitarios, algunas parejas mayores, mientras observaba esa actividad, un olor rico de hierbas llegó a mis fosas nasales, de inmediato su madre preguntó si esta era la fila para abordar dónde yo estaba, nervioso les señalé que era la otra fila, los tres dijeron gracias y subieron al barco.
Mi asombro fue mayor cuando una chica rubia, Leila y mi hermana estaban platicando, Steve se acercó a saludarme, me preguntó si no iba ir con mi hermana durante el crucero, ya que el iría al evento, por parte de unos amigos de su padre que se graduaban de la Universidad. A pesar de que estábamos de vacaciones de verano, mis padres nos pagaron a Elliot y a mí unos cursos de buceo y velero, en lo que ellos disfrutaban los días con mi hermana, además queríamos aprender a surfear, aquí no había olas muy grandes, pero en otras playas sí.
Nos despedimos de mi hermana y mis padres, deseándoles lo mejor, Leila solo me dijo que nos veríamos de regreso y subió a lado de sus padres y Steve, no vi al padre de Steve e igual su conocido ya estaba abordo. Durante esos días disfruté con mi hermano ir al mar aprender a bucear, surfear y estar en los veleros, pero en las noches, el recuerdo vivo de esa chica rondaba en mi cabeza, juro que cerraba los ojos y veía como subía las escaleras del restaurante con elegancia y gracia. Su mirada hacía todos y a la vez a nadie en especial saludando, su olor lo tengo todavía en mis fosas nasales.
Mi hermana empezó a mandarnos imágenes y fotos de los lugares que recorrían, me agradó que la chica de los ojos azules estaba en el mismo camarote que mi hermana, es más, tuvo la suerte de dormir a su lado, pero también estaba Leila y otra chica rubia, hasta el tercer día que empezó a mandarnos las fotografías del camarote, supe quién era cada quien, la rubia que le agradó a mi hermano aunque le lleve cuatro años, se llama Katherine Kavanagh, pero lo que a mí me interesaba era la chica castaña de ojos azules, se llama Anastasia Rose, mi herma nos comentaba que solo le agradaba que le dijeran Ana, así fue que me fui enamorando de esa chica.
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JUSTICIA Y AMOR
FanfictionHistoria de amor donde el secuestro, es parte de conocer el amor verdadero, la justicia será un gran sabor de boca.