CAPÍTULO 20 UNA BUENA NOTICIA.

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─ No es necesaria la rueda de prensa, si nos manda mensaje le diremos que viniste a buscarla, para seguir con la boda y sobre todo el cambio de lugar de la luna de miel, que fue lo que motivó la cancelación de su boda.

─ Si señor Steele, creo que nunca es demasiado tarde para recapacitar, estaba muy confundido, sin embargo, por Ana haría cualquier cosa, se los juro, jamás volverán a ver lágrimas de tristeza, solo serán lágrimas de alegría, se los juro por el amor que le tengo a su hija.

Era martes, el siguiente sábado se supone nos casábamos, salí de casa de los Steele con la esperanza de que me dijeran que aceptaba hablar conmigo, primero tengo que pedirle perdón, entregarle su anillo de compromiso, después arreglar  una nueva fecha de casamiento. Mis nervios estaban al máximo, John me ayudó con la mudanza de mis muebles, en cuánto llegaron me llamó a la oficina, le dejé que los acomodara a su gusto, no tiene malos gustos, por eso se lo dejé a su consideración.

Antes de llegar a mi nueva casa, pasé a ver a mis padres, creo que a ellos les debo otra disculpa, todos estos días sin saber nada de ellos me deprime, sobre todo porque mi padre lleva el área jurídica de mi empresa, no quería venir a las reuniones, mandaba a una persona de su confianza.

─ En cuanto entré  a la casa de mis padres, mi hermana Mía me recibió con los brazos abiertos, nos pusimos sentimentales y me preguntó si ya había arreglado las cosas con Ana, le informé que les platicaría a ella y a mis padres lo sucedido, mi padre no se encontraba, abracé a mi madre pidiéndole perdón, ella me dijo que me veía muy desanimado, primero comimos e hicimos entre mesa, sentados en el comedor les platiqué de las regresiones, la compra de mi departamento, que hoy llegaron los muebles, por lo que haré una reunión para celebrar y me agradaría que estuvieran, también les comenté que fui a buscar a Ana a su casa, pero que ella se fue de Seattle, que no sabía dónde encontrarla.

─ Christian, te voy a dar una buena noticia, se dónde está Ana.

─ ¿Por qué tu si sabes donde está Ana y sus padres no?

─ ¿Por qué soy su amiga? También Kate sabe dónde está, de hecho la fuimos a saludar el sábado y domingo pasado, no comas ansias, primero iremos a la fiesta de tu departamento, ¿verdad madre?

─ Mía ¿No estás bromeando a tu hermano verdad? Tu padre también necesita localizarla.

─ Pues a mí, nadie me pregunto si sabía dónde estaba Ana. Lo que pasa es que tú y mi papá se meten a su burbuja de amor, y no nos hacen caso, les dijimos Kate y yo que iríamos el fin de semana a visitar a una amiga, ¿Cuántas amigas me conoces a parte de Kate mamá?

─ Pero Ana no está en Seattle Mía, sus padres me dijeron que se fue de Seattle.

─ Efectivamente, ella no está en Seattle, pero necesito preguntarle si te puedo dar su ubicación.

─ Por favor Mía pregúntale, este sábado se supone que nos casabamos.

─ ¿Qué no se canceló la boda?

─ Ana no canceló la iglesia, el banquete lo podemos pedir para hacerlo en casa de los padres de Ana, o aquí en la casa, no le veo chiste hacerlo en un salón de banquetes.

─ Te urge casarte hermanito, eso me agrada. Mira querido hermano, donde está ahorita no tiene señal, pero le voy a mandar el mensaje, cuando tenga señal ella me responderá, mañana tendrá señal.

JUSTICIA Y AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora