Vidas Cruzadas... (Pt. III)

Capitulo 3: Dialogando

Ya estaba lista, aunque algo asustada.
Cerré mis ojos y cuando sentí el piquete en mi oreja solté un pequeño chillido y di un pequeño salto, dolió pero no tanto como esperaba.
Luego continuamos con la otra oreja y fue lo mismo solo que esta vez me sentía menos asustada ya que tenía más o menos una idea de cuánto dolería.
Al terminar me miré en un pequeño espejo que había a mi costado y me quedé unos segundos viéndome.
Honestamente me gustaba como me veía con los pequeños aretes pero aún así... Me sentía extraña, aveces me costaba un poco hacerme la idea de que esa chica era yo pero era cierto y debía aceptarlo.

Mamá: Te ves preciosa.

Gabriela: Gracias...

Luego de eso vino una muy larga explicación sobre los cuidados que tendría que tener por al menos 6 semanas, Obviamente intenté prestar atención y creo que capté casi todas las indicaciones de manera correcta pero de seguro se me escapará algún detalle por lo que en algún momento le tendré que pedir ayuda a mi mamá o a Sam respecto a alguna inseguridad que me surja.
Saliendo del lugar no dejaba de sentirme extraño, lo había hecho, realmente lo había hecho... Y aunque aún me dolía un poco el verme de esta forma era algo que me gustaba.

Mamá: Te ves feliz.

Gabriela: Si... Lo estoy, gracias mamá.

Mamá: De nada, ahora... ¿Que te gustaría por tu cumpleaños?

Gabriela: Hmm... Almorzar.

Mamá: De acuerdo, vamos.

Con Daniel...

Tras que ambas chicas se disculparan Melanie empezó a hacer preguntas sobre lo que había pasado últimamente puesto que las heridas que tenía había sanado pero aún eran notorias.

Melanie: ¿Y todo eso sucedió la semana pasada?

Daniel: Bastante loco ¿No?

Melanie: Si, nunca me imaginé que llegarías a pelear con alguien así.

Melisa: Ni yo...

Melanie: ¿Y que pasó luego?

Melisa: A el y a Luis lo expulsaron...

Daniel: Cierto, deberías conocerlo.

Melanie: Me encantaría...

Daniel: Como en dos semanas habrá una fiesta...

Melanie: Creo que algo de eso escuché.

Daniel: Puedes venir con nosotros y unos amigos.

Melanie: No creo que a Melisa le guste la idea.

Melisa: Por mí está bien.

Daniel: Anda, di que sí...

Melanie: Bien, si mis padres me dan permiso iré.

Daniel: Genial. Nos vemos.

Melisa: Cuídate.

Melanie: Ustedes igual.

Acompañamos a Melisa hasta su casa y ya ahí nos despedimos de ella, moría de ganas de poder hablar con Melisa a solas y decirle "Te lo dije"