Cuando llegó a la escuela, erizado como un gato, y se sentó en el asiento de la esquina, se dio cuenta de que nadie le paraba nada. Todos parecían estar en lo suyo, incluso el maestro que estaba derrumbado sobre el escritorio, así que pudo respirar mejor e inmediatamente dejó de estar tenso, quedando como un jamón sobre su silla.
Todavía no llegaban todos, por lo que tenía un piquito de duda y ansiedad moviéndose sobre su nuca.
—Hola.
Isaac saltó un poco y levantó la cabeza de su cuaderno. Una sonrisa pequeña que no mostraba los dientes y no llegaba a sus ojos, estaba frente a él. Se quedó callado.
—¿No hablarás? —Leo arqueó una ceja—. Por si no lo sabes, a algunas personas podría no importarle tu aspecto si hablaras.
—Hola —susurró, sintiendo comenzar el calor en su cara.
—Hola —volvió a decir, sentándose enfrente de Isaac y cruzando una de sus piernas sobre la otra.
—Y-Yo... ¿Puedo ayudarte?
—Siempre te veo solo, así que me diste pena. Vine a bendecirte con mi presencia. —Y esta vez, su sonrisa sí llegó a sus ojos.
Isaac no supo qué decir.
—Leo. —Oliver llegó y se sentó al lado del pelinaranja—. ¿Estás divirtiéndote?
E Isaac bajó la mirada, porque supo a qué se refería. Levantó la cara cuando escuchó a Oliver quejarse, Leo lo estaba viendo de una forma extraña y su amigo se sobaba el brazo.
Su corazón rebotó cuando notó a Esteban entrar al salón, y cuando sus miradas conectaron, Isaac bajó la cabeza.
—Hey, ¿qué es lo que pasa?
Isaac miró por entre sus pestañas a Esteban, notando lo tenso que estaba. Será que no se sentía cómodo con su presencia.
Si supiera lo equivocado que estaba. Esteban estaba tenso, sí, pero no por la presencia de Isaac. Pónganse en sus zapatos. Esteban llegó feliz para ver el rostro de Isaac por los chocolates y la rosa, pero se lo encontró encogido en su silla con Leo y Oliver.
Y se sintió peor al saber que simplemente no haría nada.
—Nada. Solo vine a hablar con Isaac —Leo respondió, alzando su cuello y enderezándose, pero frunció el ceño cuando Oliver soltó una carcajada.
—¿Cómo por qué?
—Porque se me da la gana, ¿acaso eres mi dueño, idiota? —Frunció sus labios, levantándose de la silla y yendo una silla al lado, a su lugar.
Y aunque Isaac se sintió un poco mal, no pudo evitar sonreír suavemente. A veces le gustaría ser más como Leo.
Nunca era tarde para ser valiente.
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El Chico Popular
Teen FictionEsteban está enamorado del chico feo del salón. 👓 🎆cliché🎆 fluff, humor y m-preg (EMBARAZO MASCULINO). Sin dramas... o eso creo. «Esta historia se encuentra en versión fanfic en mi cuenta @2JiMinie7». © Historia original de ZCReka. Prohibido trad...