El Chico Popular

DIECISÉIS

Cuando Isaac llegó a su casa y vio las flores, se sintió raro. Y no hablo del raro bueno, hablo más del simplemente raro.

Nunca habían jugado con su corazón, porque jamás se lo había dado a nadie. Jugaron con su mente y autoestima, con la confianza que debería de tener a su cuerpo, la cual estaba regresando gracias a Leo.

Gracias a Leonardo y a Esteban.

Leo se portó bien con él. Sí, se rio de lo que Oliver le decía y a veces le llamaba por apodos tontos, pero eso no afectó a Isaac. No lo afectó de verdad, solo lo cansó. Lo cansó en serio, pero ahora estaba ahí e Isaac pensaba que estaba ahí como amigo. Él podía con eso, incluso si Leo se arrepentía.

¿Pero Esteban? Esteban siempre fue algo más. Desde el primer día que lo vio se metió en su corazón, y el que jamás se riera de los chistes malos de Oliver, solo hizo que su corazón siguiera igual.

Y ahora le decía que le gustaba.

Y él no sabía qué hacer.

¿Debería arriesgarse? ¿debería abrirse para él? ¿para Esteban? ¿para Leo? Las últimas semanas fueron las mejores que pudo haber tenido desde hace mucho tiempo, se sentía vivo e incluso había veces en las que se miraba al espejo y se sentía... lindo.

¿Debía ser valiente?

Al final, quería sentirse vivo, quería intentarlo. Así que sí, su respuesta era ser valiente y afrontar todo, incluso si terminaba con el corazón roto.

¿Qué más daba?

Vivir con miedo no es vivir, y si al final todo era una broma, si todo era mentira, si todo tenía un fin, entonces disfrutaría cada día.