Esteban tuvo el consejo de centrarse en las cosas buenas que hacía, le dijeron que buscara lograr y no perfeccionar, y que incluso su hermano se equivocaba.
Se enfocó en sus virtudes y en lo que le gustaba, y empezó a hacer las cosas que Esteban realmente quería. Dejó de pensar en lo que su hermano hizo y en lo que creía que sus padres querían de él.
Se centró en lo que lo hacía feliz, por lo que estuvo unos buenos días metido en el baile y decidió tomar clases de canto. Quería ser mejor de lo que era, sentirse bien consigo mismo cada que cantara, estar seguro de que realmente podía hacerlo. Pero no podía tomar clases sin permiso, así que el primer paso fue decirles a sus papás lo que pasaba y lo que anhelaba. Ellos sabían que acompañaba a Isaac a terapia, pero no sabían qué tan metido estaba en eso.
Y aunque Esteban estuvo nervioso, sus papás no hicieron otra cosa más que apoyarlo.
Isaac ya podía caminar con la cabeza en su lugar y no metida entre sus piernas. Se seguía sintiendo un poco incómodo cuando alguien lo miraba, pero ya estaba consciente de que no había nada malo en él.
Era algo lindo que cuando bajaba a desayunar, su hermana le decía que se veía hermoso ese día, aunque se lo dijera todo el tiempo. E Isaac sabía que lo decía para ayudarlo, pero no podía evitar sentirse bien, su hermana nunca mentía.
Después de su beso con Esteban, no pudieron evitar que se repitiera. Todos los días y todo el tiempo. Era lindo que Esteban lo tomara de la cintura, y cuando Isaac se distraía, Esteban lograba sentarlo en sus piernas.
Como en ese momento.
—B-Basta —balbuceó con la cara roja.
No estaban haciendo nada. Se supone que seguían con la misma programación de la escuela, pero cuando faltaba un día para la graduación, nadie realmente hacía algo. Así que, estaban en el salón, Esteban en su silla y siendo usado como silla por su novio. Leo enfrente de ellos, mirándolos como si quisiera sacarles el cerebro por los oídos.
La terapia había tenido un alto, no tenían realmente un gran problema como para ir seguido todo el año. No, Isaac podría ir una vez al mes, pero no había nada obligatorio. Y Leo estaba feliz por eso.
Con envidia y aburrimiento por no tener una pareja, Leo vio como Esteban besaba toda la cara de Isaac. Suspiró mientras observaba la cara roja de los dos.
—No coman enfrente de los pobres —dijo, apoyando su mejilla en su mano.
Esteban paró y se rio fuerte. Isaac solo desvió la mirada y se apoyó en el pecho de su novio.
—Tú de pobre no tienes nada.
—Lo tengo. ¿Hola? Mis dos cuentas bancarias de nombre Joshua y Javier están bloqueadas.
Esteban se encogió de hombros, Leo miró con sospecha la sonrisa malvada que crecía en su rostro.
—¿Has escuchado sobre el poliamor?
—Oh, jódete, Esteban. —Rodó los ojos y después se quedó pensando unos segundos. Miró a Esteban y sonrió—. ¿Entonces me puedo unir a ustedes? Sería un gran papi para Isaac.
—Oh, jódete, Leo.
Esteban le enseñó el dedo y abrazó más fuerte la cintura de su novio. Isaac le sonrió a Leo mientras Esteban murmuraba que él sería el único papi de Isaac si tuviera uno.
—¿Por qué no haces una lista de pros y contras?
—¿Una lista? —Leonardo murmuró—, qué flojera.
Isaac resistió las ganas de rodar los ojos y solo le dio una mirada calmada.
—Entonces, págale a alguien para que la haga —bromeó.
Leo lo miró por unos segundos. Cuando se enderezó en su silla, Isaac pensó que le diría que era una mala broma.
—Eso es tan brillante —soltó y salió corriendo del salón.
Isaac miró a Esteban cuando este comenzó a masajear su espalda por atención. Apretó fuerte los brazos alrededor del cuello de su novio cuando se acercó a besarlo, Isaac no sabía lo mucho que podía disfrutar de la calidez de la boca de alguien más.
Suspiró sobre los labios suaves de Esteban mientras los mantenían juntos, sin lengua de por medio. Estaban en un salón después de todo, y no era tan cómodo comerse con gente alrededor.
Isaac se separó cuando recordó lo que había traído de casa.
—¿Qué buscas? —Esteban preguntó cuando se agachó y abrió su mochila.
—Hice brownies para Simon.
—Oh, ¿puedo agarrar uno?
—Nop —soltó y golpeó la palma de la mano de su novio cuando intentó tomar uno.
Esteban gruñó y dejó que su pareja se levantara y fuera con Simon. Miró la sonrisa con hoyuelos que su amigo le dio y los ojos brillantes de Isaac. Algo en Esteban le dijo que Simon se llevaría bien con Isaac, más de lo que Joshua y Javier lo harían.
Era algo raro, pero ya no había exactamente un grupo donde Esteban y Leo se sentaban. Parecía haberse roto, pero la amistad se mantenía. Cada quien había ido por su camino y a veces se juntaban, sin Oliver ahí obvio. Y ya que sus pensamientos fueron a Oliver, Esteban se preguntó qué había pasado con él. No es que desapareció de la tierra, pero no lo había visto tan seguido como pensaría.
A lo mejor era porque Isaac tomaba toda su atención, al igual que sus verdaderos amigos.
Cuando su novio se acercó, no pudo evitar pasar su mirada por su rostro y por su cuerpo. Era lindo, todo él. Ninguno de los dos sentía la presión de follar como parece que le pasaba a la mayoría de los adolescentes de su edad. Estaban calmados, pero Esteban pensó que, si tendría que perder la virginidad, lo haría con Isaac, porque si llegaban a terminar por cualquier cosa, Esteban sentía que no se arrepentiría.
—¿Estás bien? —preguntó Isaac, sentándose suavemente en sus piernas.
Y con la mirada que le dio, Esteban supo que debería de hacer el momento muy especial.

ESTÁS LEYENDO
El Chico Popular
Teen FictionEsteban está enamorado del chico feo del salón. 👓 🎆cliché🎆 fluff, humor y m-preg (EMBARAZO MASCULINO). Sin dramas... o eso creo. «Esta historia se encuentra en versión fanfic en mi cuenta @2JiMinie7». © Historia original de ZCReka. Prohibido trad...