VEINTITRÉS

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Al final, no ganaron, pero sí se llevaron de recompensa los labios del otro junto con sus corazones envueltos en un lindo lazo.

Isaac realmente gozó de ver a Leo pavonearse con su corona por ser el ganador junto con Simon. Oliver había quedado en segundo lugar.

Ahora, sentado en la mesa de picnic con Esteban a su lado, la música sonando de fondo y muchos estudiantes moviéndose en un dizque baile, Isaac no podía olvidar que Esteban era amigo de todos, pero a la vez no era amigo de casi nadie. Chicos que pasaban, chicos que levantaban la mano para saludar a su novio e Isaac miraba curioso como algunas personas le sonreían, a él, a Isaac.

—¡Hoolaa!

Leo llegó con una enorme sonrisa, levantando sus manos y enmarcando su corona.

—Ahora tendrás que arrodillarte ante mí, saco de mierda —dijo con una mirada altanera. Miró a Isaac—. Tú no, solo mira lo genial que soy.

—Pfff, mejor arrodíllate y bésame el culo.

—No creo que te guste —murmuró Leo, dejándose caer en el otro lado de la mesita. Su mirada traviesa cayó en Isaac—. Mejor se lo hago a Isaac.

—¡Eh!, ¡ni hablar! Nadie lo hace más que yo.

El rostro de Isaac podía competir con un pastel de cereza.

—Nadie besará mi culo —murmuró, pero los dos amigos siguieron discutiendo sobre cosas que no deberían.

—Hey. —Simon llegó a la mesa con una corona también—. ¿Por qué hablamos del culo de Isaac?

Cuando el de lentes bajó la mirada por la vergüenza que sentía, se topó con las manos de Simon. Tenía pintadas las uñas de un chillón amarillo que Isaac amó. Todo era mejor con amarillo en su vida.

—Porque Leo es una princesa.

Leonardo bufó y cruzó los brazos.

—No soy una princesa, soy la princesa.

Isaac no pudo evitar reírse porque estaba pasando un buen rato. Él quería esto, y ahora parecía que lo tenía. No, no parecía, él lo tenía. Ahora eran sus amigos.

—Me alegra que hayan ganado.

—Gracias, Isaac. —Simon le sonrió—. Esteban me dijo que hacías brownies muy buenos, me encantaría probarlos, son los favoritos de Liam.

—¡C-Cuando quieras puedo hacerte unos!, a ti y a Liam.

Simon le sonrió e Isaac se dio cuenta que el chico más bueno en fútbol americano y en pintarse las uñas, tenía los hoyuelos más lindos que jamás había visto.

—Por favor —pidió Simon.

El Chico PopularDonde viven las historias. Descúbrelo ahora