Capítulo 12

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Por lo que Estrella me había estado contando éste era el último partido de la temporada, y no les había ido muy bien. No habían ganado ningún campeonato y los ánimos no estaban muy alegres en el campo. El pabellón estaba bastante lleno para ser el último partido. Estrella encontró unos asientos libres y tiró de mi brazo para sentarnos enseguida.

- La gente habrá pensado que estamos locas por correr escaleras abajo así -me quejé una vez sentada-.

- ¿Y a caso no lo estamos? -preguntó riendo- tampoco a sido para tanto-.

- ¡Casi me voy de cara al suelo! -dije mirándola-.

- Vamos a repasar el plan para que no se nos olvide nada -dijo antes de darle un sorbo a su Cocacola-.

¿Qué plan? Esta mujer estaba cada día peor.

- Solamente hemos venido a ver como juega Alex, Estrella -dije haciendo lo mismo pero con una botella de agua- ni plan, ni chorradas-.

Por si os lo preguntabais no, no le había contado que cierta persona no quería verme allí. Le conté la verdad a medias, solo que evadiendo un poco la parte que me denegaba la entrada. Los jugadores salieron al campo mientras una canción sonaba, la gente aplaudía cada vez que el señor de megafonía iba diciendo los nombres de los jugadores.

- Mira -dijo Estrella señalando a alguien- ahí está-.

Dirigí la mirada hacia donde señalaba para encontrar a Álvaro calentando. Iba y volvía de un lado a otro de la pista con la pelota. Se le veía tenso y serio, o podría ser concentrado pero como siempre tenía la misma cara no podría decidir cual llevaba ahora. A su lado se encontraba Alex riendo con sus demás compañeros de equipo. Era interesante ver la diferencia de estados que había en el campo entre ellos dos, y ver que aún así eran mejores amigos fuera.

La mirada de Alex calló en nosotras, y una sonrisa aún más grande de la que ya llevaba le apareció en el rostro. Miré a mi amiga, sentada a mi lado, como se iba poniendo roja al darse cuenta. Era muy extraño ver a Estrella en ese estado, nunca se había enamorado, había salido con un montón de chicos. Un montón. Pero solo le gustaban, nunca había estado así por nadie.

Sonreí y volví a poner la vista en la pista. Observé al equipo rival, venían de Zaragoza, pero el club, no tenía ni idea de cual era. Una vez terminé con ellos me fijé en los nuestros, hasta que unos ojos me traspasaron. Si antes pensaba que estaba serio, ahora estaba bastante enfadado. Podía ver como su respiración estaba agitada, como sus manos agarraban con fuerza la pelota hasta que sus nudillos empezaban a ponerse blancos. El entrenador los llamó con el silbato y todos acudieron corriendo, Álvaro parecía que no lo hubiese escuchado porque no se movió hasta que Alex corrió hasta él y tiró de su brazo.

- ¿Qué ha sido eso? -preguntó estrella en mi oído-.

Intenté controlar mi respiración antes de hablar.

- ¿El qué? -intenté hacerme la loca-.

- Su mirada, te ha estado lanzando cuchillos con ella desde ahí abajo -dijo- ¿hay algo que deba saber?-.

- No -respondí de inmediato- nada-.

***

Íbamos perdiendo y al parecer a nadie le sorprendía. Según Estrella estábamos jugando fatal y nos ganaban por muchos puntos. Al preguntarle cómo sabía tantas cosas del baloncesto me explicó que era de lo que hablaban todas las clases, que no coincidía yo con ella. Me sorprendió ya que no me lo contó en ningún momento que tuviese tanta confianza con Alex. También me explicó que íbamos por el segundo cuarto del partido, o algo así que ya no recordaba, y que faltaban dos más para terminar.

No me rompas de nuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora