El gran día había llegado, la mejor noche del año estaba a pocas horas de empezar y en casa ya se reinaban los nervios y las ganas. Estrella había traído su quid de maquillaje y mucha, mucha ropa. Mi cuarto parecía una tienda con tanta ropa por todos lados, en ese momento decidíamos qué debería ponerse cada una. Debía de ser algo cómodo, con lo que pudiéramos aguantar durante muchas horas sin estar incómodas. Habíamos llegado a esa conclusión haría un par de años cuando tuvimos que volver a casa a cambiarnos de ropa las dos. Más o menos ya tenía mi ropa pensada, iría con un bodi blanco de tirantes y unos pantalones tejando pitillos altos, cogido con un cinturón y unas adiddas blancas.
Sexy y a la vez cómoda, un conjunto perfecto para una noche perfecta.
Estrella se decidió, al cabo de media hora, que iría con pantalones cortos altos negros y un top de encaje negro. Miré la hora, las seis y media, teníamos tiempo hasta las siete y media antes de ponernos a vestir.
- ¿Así que crees que lo han dejado? -pregunté mirando su top de encaje-.
- Sí, Alex dejó caer algo así como que se estaban dando un tiempo -dijo- y eso significa que lo han dejado. Toda pareja que dice que se van a dar un tiempo terminan dejándolo al cabo de dos días-.
- Y nosotras que pensábamos que estarían juntos toda la vida -dije riendo- debería haber hecho una porra-.
- La pareja perfecta -dijo riendo- ¿Cómo estás tú?-.
Se sentó en la cama y me miró.
- Yo estoy bien -dije dejando en la cama el top-.
- Oye no hace falta que disimules conmigo, soy tu mejor amiga -dijo cogiéndome de las manos- puedes contarme lo que sea-.
Suspiré.
- No sé qué pensar, después de tantos años sin mantener una conversación le dio por aparecer en mi vida de la nada, confundiéndome mucho, sus cambios de humor me volvían loca hasta que un día empezó a ser majo, vino a casa y me contó su problema y luego el casi beso -dije mirándola- sus peleas con Sara y luego su mensaje-.
- ¿Te gusta? -preguntó-.
Esa pregunta nadie me la había hecho hasta hoy, ni yo misma me la había hecho. Mi mente era un constante caos de sentimientos y ya mejor no hablar de mi corazón.
- Yo...no quiero que me rompa el corazón -dije en voz baja-.
Acto seguido Estrella tiró de mi haciendo que me sentase a tu lado y me abrazó.
- Oye, lo que hizo en el pasado fue de un completo cabrón, las dos lo sabemos, pero según lo veo yo ha vuelto -dijo- recuerdo cómo estabas de enamorada de pequeña, de lo feliz que se te veía cuando quedábamos y aparecía en casa. Has salido con muchos chicos y esa felicidad no la he visto con ellos, pero ha tenido que volver a tu vida para que algo en tu mirada cambiase-.
- Eso no es verdad -dije frunciendo el ceño-.
- Cariño puede ser que la mayoría del tiempo le esté comiendo la boca al pedazo de tío que tengo, pero te he visto -dijo cogiéndome la cara con las manos- esa niña pequeña volvió a aparecer hace meses, igual que ese niño pequeño.
Eso me hizo sacar una pequeña sonrisa. Me conocía mejor de lo que yo creía por lo visto.
- Pero también tango miedo por tu corazón -dijo haciendo una mueca- vi como de destrozada te dejó eso, y como lo has ido ocultado al paso de los años, y no querría que volviese a pasar-.
Asentí con la cabeza.
- Y si solamente me está usando, he sido su vía de escape durante estos meses -dije- me da miedo pensar que cuando ya lo tenga todo bajo su control me eche de su vida otra vez-.
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No me rompas de nuevo
RomanceTuve mi amor de la infancia. Me enamoré de él hasta las estrellas. Crecimos, dejamos de vernos. Dejé de estar enamorada. Seguí creciendo y me enamoré más veces, pero no de él. Él se fue desapareciendo de mi vida como una sombra hasta no quedar casi...