Una loba al asecho.

Descubrimiento PSN

Amaya y Arwen alzaron la mirada a los novatos que estaba al frente de ellas, Amaya camino hacia ellos— Bien me alegro que se animaron...disculpen mi tardanza.

Presidenta esta bien, ¿ Que debemos hacer ahora?—preguntó el joven.

Primero dime tu nombre—dijo Amaya.

Me llamo Haru—dijo caminando hacia Amaya.

Bien...tu seras el primero en pelear contra mi—dijo Amaya con los ojos amarillos—tranquilo no te lastimaré lo suficiente, te explico antes ocupaban electroshock para poder estimular sus poderes, pero yo quise intenta de otra manera, ya que sus habilidades solo se activaran cuando están en peligro y la tortura es algo bajo ¿ No?—miro a Arwen y al comité estudiantil.

Si presidenta—dijo al unisono todos.

Bien si así lo desea—dijo Haru algo nervioso.

Solo trataré de casi asesinarte—dijo malvada Amaya—“ espero que esto active su poder no importa si es de mi manada o no, solo hay que tener resultado y activar sus habilidades sobre naturales".

¡¿Qué?!—grito confundido corriendo por el salón—no quiero morir.

Amaya se puso al frente de inmediato—para acabar con esto solo debes pelear, debo estimularte hasta que muestres un signo de cambio.

Bien—dijo asustado Haru, Amaya lo golpeo una y otra vez, pero no hubo caso de que Haruo despertara su poder.

Lo siento por esto—dijo Amaya después de pegarle por 15minutos, el novato no le devolvía los golpes. Amaya le tomó el brazo y se lo quebró, el grito le hizo salir los cachos—Vicepresidenta puedes por favor curarle el brazo—dijo Amaya seria al mirar los cuernos—"Este chico es un demonio, espero que sus poderes salgan a la luz muy lentamente para que los pueda controlar, porque si no sera otro caos en el instituto"—pensó preocupada.

Sí— dijo Arwen volando hasta el joven herido tirado en el piso—tranquilo, era la única manera que tu cambio físico diera otro giro—dijo tomándole el brazo con cuidado—no la odies, ella es buena, solo que no encontró otra manera de activar tu lado sobrenatural—comenzó a curarlo poniendo los ojos celestes.

Lo sé, pero esto fue muy doloroso— dijo Haruo.

Se levanto la polera haciendo ver las marcas de punzadas en su abdomen—El electroschok es peor—dijo bajándose la polera— quedamos adormecidos por semanas.

Sin duda el método de la presidenta es mejor, ella es muy autoritaria, pero a la vez amable con todos— dijo Haru admirando a Amaya.

No te enamores de ella, nadie ni de su manada la puede cautivar ni enamorar, el año pasado se le declararon 15 veces y todas ellas las rechazo, siendo hombre o mujer, ninguno le dijo que sí, aprontate puedes admirarla como tu superior, pero nunca te mirará de esa manera, mucho menos con las reglas que tenemos que prácticamente es la ley aquí para mantenernos a salvo a todos incluyendo a los mundanos—dijo Arwen terminando de curar el brazo

Vamos pelea—dijo Amaya mirando al chico que estaba muy asustado— no importa donde pertenezcan, solo hay que pelear.

Lo...siento presidenta, me da miedo—dijo Gabriel.

Esta bien—dijo Amaya comprendiendo—Lo siento por esto—le quebró el brazo derecho, Gabriel, rugió de dolor saliendo los dientes de lobo—eres un lobo...ve donde la vicepresidenta para que te cure.

Si—dijo Gabriel caminando lentamente.

Belcebú—alzo la mirada al demonio—puedes ayudarme a descubrir de que facción pertenece, obvio sin ocupar tus habilidades demoníaco.

Sí—dijo ansioso Bolcebú parándose de la banca—¿Puedo elegir a quien yo quiera?.

Pues obvio, solo recuerda no lo maltrates tanto y no juegues con su mente—dijo con seriedad—o te quito tus poderes.

Si presidenta—dijo Bolcebú, miro a una chica que estaba distraída— Tú, ven y pelear contra mi.

La chica tranquila bajo, cuando llego al frente del demonio— Me llamo Fernanda—dijo la chica de pelo largo castaño, tez morena, su cara fina y ojos color café.

Madama permitame darle un poco de dolor—dijo Bolcebú con maldad y una sonrisa picara, deseosa del sufrimiento.

Adelante—dijo Fernanda tranquila en posición de pelea.

"Es la primera chica que veo dispuesta a pelear"—pensó Amaya—ven—ordeno con la mirada a un chico de pelo rapado, moreno y macizo.

El joven bajo sin problema—me llamo Kevin, soy un exmilitar—dijo firme y en voz alta.

Sonrió Amaya—entonces tú me darás pelea el que quiero—dijo golpeándolo, Kevin la esquivo con facilidad haciendo que Amaya ocupara un poco mas de su fuerza, los dos pelearon con fuerza y determinación por media hora, mientras Belcebú y su contrincante termino la pelea, ya que la chica saco sus garras era una loba.

Estuvieron así por unas dos horas peleando y lastimando a los novatos para que cambie algo su aspecto físico, para saber que facción pertenece cada uno de ellos.

Vayan a descansar, mañana a las 8: 30 Am quiero que los otros novatos que me faltan—dijo cansada Amaya por las pelea que algunos le dieron bien duro para encontrar su cambio—secretario y tesorero mañana quiere pelear con los novatos.

Seria muy divertido—dijeron ambos—así se hace un poco de ejercicio.

Sí— dijo Amaya—Caranthir puedes llevar a los novatos no transformados a una pieza vacía grande para que descanses— ordeno, luego miro al vampiro— lleva a los novatos transformados a una pieza aparte y puedes alimentarlos los que son vampiro y lobos con carne cruda de la cocina, los ángeles comen comida normal y los demonios no sé lo que comen.

Presidenta puedo yo alimentar a los demonios—dijo Bulcebú.

Esta bien acompañalos— dijo Amaya agotada, luego todos desaparecieron menos Arwen.

Estas bien Amaya—dijo preocupada Arwen—estas muy inestable.

Solo estoy muy débil por la pelea, eso que no fue contra uno de mi manada—dijo agotada Amaya.

¿ Comiste?—preguntó Arwen cruzando los brazos.

No, se me paso la hora...creo que tendré que ir a comer antes irme a dormir—dijo Amaya caminando y se cayo de rodillas.

Amaya, estas muy débil, vamos yo te llevo—dijo preocupada Arwen ayudándola a levantar.

Bien, vamos al comedor, por lo menos a esta hora ningún mundano pasa por aquí— dijo aliviada Amaya, caminaron ambas despacio a la salida de la sala, aunque parecía mas un mini gimnasio con decoración de unas estatuas de ángeles, demonio, lobos y vampiros que estaban en las cuatro esquinas de ese lugar.