Una loba al asecho.

Presidenta o la chica

Amaya y Kioko después de tener unos días gratos en la playa con sus nuevos amigos y compañeros del PSN.

Ellos llegaron al instituto, Amaya estaba preocupada por su padre. kioko la miro y le tomo la mano—¿ Estás bien?—pregunto Kioko.

Amaya caminaba hacia la oficina—Kioko...vete a tu pieza por mientras—dijo Arwen al ver el rostro de preocupación—creo que no es el mejor momento que hables con Amaya.

Bien...—dijo Kioko saliendo de la vista de ambas.

Ami...entremos juntas—dijo Arwen al abrazarla—vamos a resolver esto.

Sí vamos—dijo Amaya respirando hondo, golpeo la puerta.

Pasa hija—dijo Karl serio.

Hola señor—dijo Amaya al pasar por la puerta—Arwen quedate allí—dijo seria con los ojos rojos—“no quiero que estés en medio de una pelea entre alfas Arwi...quedate afuera por favor...esto se pondrá peligroso"—dijo telepaticamente Amaya a Arwen.

Bien...pero si siento que estas en peligro extremo interviniere—susurro Arwen preocupada.

Amaya entro con tranquilidad se sentó—Supongo que sabes de la mundana que se transformo ayer en la playa.

Sí me contó Yerald y también me dijo que ustedes dos tiene una relación estrecha—dijo serio Karl al olfatear la esencia de Amaya.

Me pregunto si es verdad si sientes algo por ella—dijo Karl con la mirada intensa y acusadora.

Sí me gusta...pero eso no es asunto tuyo, vine aquí para pedirte el cambio de sala pacíficamente y una pieza, ya que es una de nosotros—dijo Amaya seria con los ojos rojos intenso.

No, ella es un desastre de naturaleza, no la cambiare porque se retraso su cambio...es absurdo y ella es una beta del nivel 2, es insignificante para mi...ella no nos sirve en la manada—dijo Karl con una sonrisa malvada.

No creo que ella sea inservible solo porque, no encontró su tiempo para transformarse al igual que los otros, es absurdo—dijo seria Amaya y con voz imponente.

Me estás desafiando—alzo la voz Karl—no apoyas lo que dice tu director.

No lo hago—dijo Amaya levantandose—“Esto se pondrá peligroso"—pensó con seriedad—si tanto te molesta...dejala a mi cargo, yo le enseñare lo que necesite.

Karl sonrió malvadamente—Tienes que elegir entre ser la presidenta o la chica.

Sabes mi respuesta, Arwen será la presidenta, ella tomara mi lugar—dijo Amaya tranquila.

Karl la miro sorprendido—bien...pero en dos años más se elige presidenta...si ella hace algo que no corresponde la saco...mañana empieza a ser un PSN, espero que haga un buen trabajo...mientras tú espero que no dejes tus entrenamientos de Alfa por esa beta, si no me escucharas—dijo desafiante Karl—no hay pieza para ella supongo que vivirá por un tiempo contigo.

Bien...gracias señor—dijo seria Amaya al darse la vuelta para irse.

Ami...si ella no aprende lo sabe para el próximo mes, te quitare tus habilidades y el de ella—dijo Karl con una sonrisa malvada—o quizás mejor se las quitare a tus seguidoras Arwen y Mariel.

Amaya abrió los ojos sorprendida y paro el caminar—No metas a ellas en esto señor—dijo Amaya con los ojos rojos intensos—ellas no tienen la culpa de mis actos, si fallo, castigeme a mi nada que ver con ellas.

Karl pensó—podría cambiarlo, si tu me dejar jugar con tu cuerpo una vez más...hace años que no he podido a nadie en tortura...tu eres la única que resistía y me complacía—dijo malvadamente.

Amaya dio un suspiro—Bien...el fin de semana cuando todos se vayan me torturas, total no me muevo de aquí—haciéndole una reverencia en acto sincero—acepta amo—dijo con voz sumisa.

Karl sonrió satisfecho—esa es mi hija, recuerdas todos los juegos entonces—dijo feliz.

Sí amo—dijo Amaya con su voz sumisa—puedo retirarme.

Adelante—dijo algo excitado Karl.

Amaya salio por la puerta y salio sin darse cuenta de Arwen que le estaba esperando.

Ami...—dijo Arwen al tomarle la mano—¿ Por que lo hiciste?—preguntó molesta.

Amaya se soltó y siguió su camino—Vete a tu habitación, debo resolver algo antes—dijo Amaya seria— sabes el por qué, me preocupo por ustedes...son lo único que tengo importante en esta vida de mierda que me toco, mientras que mi demonio no muera, están en peligro y no quiero que se involucren—comenzó a correr a la pieza de Kioko.