Pelea interna.

3 1 0
                                    

Izank no quería entrar a ese sótano, Amaya rugió haciendo que obedeciera–Tranquilo, no te quitare tus poderes, solo te lastimare un poco.

Presidenta.. Lo siento...no volverá a pasar, no lastimare a ningún otro mundano–dijo Izank asustado.

Lamento decirte–lo empujo a la silla que automáticamente esposa Izank de tobillos y muñecas–que mi palabra la cumplo...tranquilo no seré tan severa.

Piedad, señora...no volveré a tocar a ningún mundano–dijo aterrado,  el lugar era aislante del ruido que hacía, no escucharía en el exterior, nadie podía escuchar lo que pasa adentro del lugar, ni mucho menos los PSN que tiene un oído mas desarrollado.

Quieres piedad...acaso tu lo tuviste con la novata–dijo con los ojos negros y una sonrisa malvada como si los demonios de su pasado la poseyeran,  camino hacia un mueble con mucho polvo, abrió las puertas y había muchos objetos punzantes, látigos, unas de metal y plata, katana–Que puedo elegir—dijo Amaya pensativa—“ No seas como tu padre, esto lo haría él"—dijo la vocecita en su conciencia. Amaya quedo paralizada.

Amaya...somos iguales–dijo la forma de su padre con una esencia morada casi negra— vas a lastimar a Izank de la misma manera que yo lo haría con cualquiera.

No es verdad–dijo Amaya con su esencia celeste.

El demonio de su padre siempre la tormenta la abraza–somos iguales Amaya, no lo niegues, deseas esto igual que yo hija.

Amaya  se alejo–No Karl, somos distintos, quizás pueda vivir con tu sombra, pero me esfuerzo en ser distinta–dijo seria Amaya–Vete de aquí mi demonio interno...largate, no te necesito–grito la ultima frase.

La sombra oscura de Karl desapareció haciendo que Amaya volviera en si, vio a Izank casi al borde del llanto. Camino hacia el, transformo un dedo en una garra y lo soltó–Por esta vez te lo dejo pasar,  pero–dijo apuntando con la garra y se la deslizo por la garganta— Te torturaré y conocerás mi lado de dominio que es peor que el tuyo, lo entendiste–dijo seria.

Si señora–dijo asustado Izank—gracias...por la oportunidad.

Vete de aquí antes que me arrepienta–ordeno Amaya. Izank salio corriendo.

Bien hecho hija–dijo una voz en el reflejo del espejo–sé que seras mas grande que tu padre.

Amaya se cayo en rodillas y se puso a llorar— Madre...te extraño...¿ Por qué? no fui capaz de defenderte antes.

El espíritu de su madre salio del espejo y la abrazo—eras una niña, no sabias nada...pero yo fui feliz al tenerte, no me hubiera importado pasar eso de nuevo si te tengo que elegir.

Lo entiendo mamá...pero aveces pienso que soy muy débil, que pasa si hubiera titubeado y hubiera reaccionado de la misma manera que mi demonio–dijo Amaya triste.

El fantasma le toco la herida de su cara en donde rasguño su padre—hija a pesar  que te parezca físicamente a él por esta marca que te hizo, tú alma no se parece a él ni un poco...mi pequeña lobita, te guiaré tu paso, si estas débil...piensa en mi y yo te daré todo lo que necesitas, soy tu ángel guardián mi amada Amaya, la luz de mis ojos.

Amaya estaba mas tranquila, miro hacía arriba— Gracias mamá—susurro y salio de allí, cerro la puerta con llave y se la puso en el bolsillo, camino por el patio pensativa.

Hola...te encuentras bien—dijo Mariel— la vicepresidenta me contó lo que paso con el demonio y como actúas con la novata.

Si lo estoy amiga...solo estaba pensando un poco—dijo Amaya con una sonrisa en su rostro— La novata ¿ Está bien?–preguntó preocupada.

Si lo esta, actuaste en el momento presiso si te hubieras demorado un  segundo mas ella hubiera muerto o su alma se hubiera contaminado por completo y no seria un humano común—dijo Mariel.

Que alivio saberlo Mari...me preguntó que pasaría si otra persona hubiera asumido el cargo—dijo pensativa Amaya.

Yo creo que el caos seria sucumbido...la oscuridad seria nuestro enemigo diario...Amaya...Nunca te escucho hablar de tus padres...no viene a visitarte cuando es día familiar—dijo preocupada Mariel.

Lo siento, pero no me gusta hablar de ese tema...porque es algo malo...no tengo madre y mi padre es un auténtico demonio, así que no quiero saber nada de él—dijo seria al caminar—Yo soy feliz así sin familia a quien pertenecer...es mejor asumir la muerte de los dos.

Mariel quedo sorprendida—Lo siento...no debí decir nada.

Tranquila...solo una persona sabe quien es mi padre y creeme no querrás conocer a ese demonio que consume el alma...—dijo Amaya seria— Mariel, hoy quiero estar sola en mi habitación, le puedes decir al maestro que estoy enferma o algo...necesito pensar.

Bien Amaya, pero debes comer—dijo Mariel preocupada— esperó que te mejores de la marca de tu rostro.

Amaya vio como se alejaba su amiga—Adiós y gracias.

Solo cuidate amiga—dijo Mariel.

Una loba al asecho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora