Mónica.
Vuelvo a enterrar el cuchillo en otro tomate. Es el tercero al que le hago esto. Se supone que debo cortarlos, para la cena no apuñalarlos, pero estoy muy enojada y con alguien debo desquitarmelo, ¿qué mejor que con los tomates? ellos no pueden sentir nada.
Pero ellos no tienen la culpa.
Sucede que al culpable no puedo hacerle esto, aunque ganas no me faltan, en lugar de echarlo de casa, debí conseguir este cuchillo y clavarlo en su cabeza, justo en su cerebro.
Si es que posee algo de eso allí dentro, luego sacaría sus ojos. Esos hermosos ojos verdes...
¿Qué cosas estoy pensando,
Dios? no soy una asesina y de serlo no ensuciaría mis manos con ese chico. no lo merece.
Sabía que su visita esta tarde no se debía a nada bueno y que tanta amabilidad de su parte no podía ser normal. Era demasiado extraño que de un momento para otro haya decidido ser tan amable conmigo.
Mi peor error fue permitirle entrar a mi casa y permitirle besarme. Después de hacerlo fue capaz de ofrecerme dinero a cambio de ayudarlo con su tarjeta de crédito.
¿Por qué tipo de persona me ha tomado?
No soy una interesada.
Lo odio.
Entierro el cuchillo de nuevo en otro tomate y mis dedos casi acaban siendo víctima del cuchillo. Dejo el cuchillo junto a los tomates sobre la encimera. No pienso seguir haciendo esto, no mientras siga tan molesta.
—Arrrg —suelto un bufido.
—Mónica —escucho la voz de Anabel detrás de mí.
—¿Qué? —grito sin darme cuenta —Lo siento—intento calmarme —¿Qué pasa Anabel? —dejo de darle la espalda.
—¿Qué te ocurre? ¿Te sientes mal Mónica?
—Estoy bien Anabel.
Sus ojos ven hacia la encimera —¡Por Dios Mónica, has echado a perder todos los tomates!—se acerca y observa el desastre que he hecho —Has estado algo tensa desde que llegué a casa, ¿Seguro que estás bien?
—Sí Ana.
—¿A qué se debe esto? Porque ciertamente tú no eres así.
—Es que, este fin de semana tengo exámen de matemáticas en la universidad y sabes lo mal que voy con esa materia.
—¿De eso se trata?
—Sí. Temo reprobar y estoy segura de que lo haré.
Lo de el exámen en la universidad es cierto y también es cierto que soy un desastre en matemáticas, pero esto no es lo que me tiene así de molesta.
—No te preocupes hermosa —pasa la mano por mi cabello —No vas a reprobar, sólo tienes que estudiar un poco más.
—Lo hago siempre y nada funciona.
—Sabes que si pudiera echarte una mano con ello lo haría.
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Tú, eres mi perdición. #prettyawards1e #UniversalAwards2021#
Teen FictionMónica es la sirvienta en la casa de la familia Colton, donde solo vivía el señor Jack, el dueño de la casa, luego de un año; Lucas, el hijo de Jack decide regresar de su viaje por Inglaterra. Lucas ha estado siempre acostumbrado a no hacer nada y a...