Tú, eres mi perdición. #prettyawards1e #UniversalAwards2021#

Capítulo 65.

Dedicado a: LupitaLaguna8

Lucas.

—Buen día —le susurro al oído a Mónica en cuanto abro los ojos y la hallo junto a mí —Bonita —recorro con mis dedos su cadera y vientre. Ella se remueve soltando un gemido adormilado cerca de mi cuello.

—Hola —entre abre los ojos y alza la cabeza encontrándose con mi mirada y una gran sonrisa en mis labios. Sin duda, esta era mi imagen suya favorita. Su rostro de recién despierta.

—¿Cómo has dormido?

—Bien —abre mucho los ojos y pasa la mano por su mejilla limpiando el pequeño rastro de humedad que hay allí, luego baja el rostro avergonzada. Me entran ganas de reír.

—No te preocupes —levanto su barbilla —No era un secreto para mí que eres una babosa —con el dorso de mi mano limpio la comisura de sus labios. Siento algo húmedo en mi cuello y estoy seguro de que también me babeó allí —¿De verdad dormiste bien?

—Sí.

—Nunca había dormido tan bien como anoche —admito.

Todavía me cuesta creer que anoche la hice mía y luego le confesé mis sentimientos hacia ella siendo completamente sincero por primera vez.

—Yo también dormí mejor que nunca.

Eso infla mi pecho de alegría. Me acerco a su boca para besarla, pero ella gira y mis labios terminan en su mejilla. Con una mano giro su rostro y le robo un beso.

—No debiste hacer eso. Es... raro —arruga la nariz —Mi aliento no es el mejor en las mañanas.

—Eso que importa. El mío no es que huela a rosas tampoco —bromeo haciéndola reír y le doy otro beso —¿Hoy vas a regresar a casa? —pregunto algo esperanzado a que se quede conmigo un día más.

—Sí. Iré por algunas cosas a mi casa para ir luego a casa de tu padre.

—Él también está bastante preocupado por ti. Creo que sí está bien que vayas a verlo.

—Voy a usar tu baño. ¿O prefieres hacerlo tú antes?

—Las damas siempre van primero.

Se incorpora cubriendose con la sábana y cuando se pone de pie suelta un quejido. Voy rápido a su lado y la sostengo de las caderas al verla tambalearse.

—¿Estás bien?

—Me arde un poco.

—Mierda —mascullo molesto —Debiste pedirme que pare, Mónica y yo no debí dejarme llevar.

—No es nada —retira mi mano de su cadera y endereza su cuerpo —Ya pasó —da la vuelta y continúa hacia el baño. Me percato de que le cuesta caminar muy bien, pero finge que el dolor ya ha pasado hasta entrar al baño.

Repaso la habitación y todas las cosas que hemos hecho en ella. Cada uno de nuestros besos, nuestros toqueteos nada inocentes y como le hice el amor anoche en esta cama. Paso la mano sobre la sábana y mis ojos caen en unas pequeñas manchas familiares.