Capítulo 31.

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Lucas.
                                       
                   
Algunas veces hacemos o decimos cosas realmente malas, sin la intención de lastimar a nadie, pero esos actos resultan ser demasiados hirientes y cuando te arrepientes e intentas buscarle una solución. Te das cuenta de que ya es muy tarde y no tiene arreglo.

                   
Esto es lo que ha ocurrido conmigo.

                   
No debí haberla tratado tan mal, nunca debí haber sido tan duro con ella. Talvez al principio me resultaba divertido hablarle feo, humillarla y cobrarle venganza por cualquier estupidez con alguna broma pesada, pero ayer... verla llorar de esa manera por haberle recordado a sus padres fallecidos, no tuvo una pizca de diversión. Sobre todo, porque comprendo su dolor perfectamente.

                   
Yo también perdí a alguien muy importante en mi vida.

                   
Desde que esa persona se fue, nunca más volví a ser el mismo y desde entonces mi trabajo ha sido lastimar a todo aquel que nunca me ha hecho daño. Como ella.

                   
****

                   
Los dos. Ella y yo, nos encontramos sentados en el despacho de papá, frente a su escritorio, esperando a que él vuelva.

                   
Nos ha llamado a los dos a su despacho y al momento que entramos, tuvo que ir afuera para contestar una llamada.

                   
Llevamos como 30 minutos aquí dentro y una gran tensión se hace presente. Yo solo muevo mi cabeza de un lado a otro y ella no hace más que permanecer con la vista fija en el escritorio, como si hubiese algo importante allí.

                   
La observo detenidamente y veo que hoy no trae puesto el uniforme, sino un vestido rojo de tirantes que le llega sobre las rodillas y su cabello rizado está suelto, no en una cola como de costumbre.
Hoy se le ve diferente, podría decir que... ¿bonita?

                   
Sacudo la cabeza rápidamente, apartando ese loco pensamiento.
Que esté muy arrepentido por lo que le hice, no me hace cambiar de opinión sobre su aspecto. Esta chica no es nada atractiva y menos bonita.

                   
—Oye... —la miro, pero no consigo ver su rostro, porque su cabello cubre parte de el —¿Estás mejor?

                   
No obtengo ninguna respuesta de su parte y voy a repetir la pregunta, cuando veo la puerta abrirse.

                   
—Ya volví. Necesitaba atender esta llamada, era muy importante —Papá toma asiento otra vez frente a nosotros y mira su reloj de muñeca —.Bueno, seré breve, no tengo mucho tiempo.

                   
—Por favor —añado. Ya estoy desesperado por salir de aquí. Me duele el trasero por estar sentado tanto tiempo en este asiento tan duro.

                   
—Últimamente, en esta casa han estado ocurriendo muchas cosas desagradables —me mira y ya puedo suponer de lo que va a hablar —.Situaciones de las cuales no estoy para nada orgulloso y se me fueron de las manos, por tal razón he decidido cambiar y poner algunas reglas.

                   
Papá y sus reglas. ¿Qué cree que esto es alguna academia en la cual se deben seguir todas las reglas asignadas.

                   
—Lucas, —escucho mi nombre y me pongo en alerta para lo que sea que vaya a decir —.primero empezaré contigo.

Tú, eres mi perdición. #prettyawards1e #UniversalAwards2021#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora