El más fuerte

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Kakarotto contemplaba la espalda desnuda de Milk mientras esta dormía profundamente, no podía culparla, él la había sometido a una vigorosa "actividad nocturna" y tal y como él se lo esperaba, ella estuvo a la altura; su mirada recorrió la espalda femenina y se detuvo en el área donde el hombro y el cuello se unían, el sitio exacto donde algún día ella llevaría su marca, estuvo a punto de hacérsela mientras la tomaba por primera vez, pero decidió esperar, cuando un saiyajin marca a su compañera entra en un estado de furor muy poderoso y Milk había pasado por una terrible tortura que la dejo exhausta, además ella no era saiyajin y le preocupaba un poco como reaccionaria, de por si fue sorprendente enterarse que las mujeres terrícolas sufrían de dolor la primera vez que compartían sexo, no lo entendía ¿A caso los varones terrícolas necesitaban de alguna garantía de que sus mujeres no habían sido tocadas? ¿Para qué? ¿Les preocupaba ser comparados? Parecía una raza bastante insegura por no decir patética, tal vez por eso es que su planeta estaba pasando por un problema tan grande que Milk tuvo que viajar hasta su planeta buscando reunir un montón de esferas siguiendo una leyenda infantil, tal vez debería hablar con el sujeto calvo y preguntarle.

Aunque no negaba que había cierta satisfacción en él al saber que Milk nunca había sido tocada íntimamente por otro hombre, era como una señal de que esa era su compañera y ahora más que nunca necesitaba estar seguro de ello porque las cosas para ellos se pondrían más difíciles si Broly continuaba con esa tontería de que debía renunciar a su compañera para salvarla, después de haber tenido por fin a Milk en su cama sabía que no había forma de dejarla ir, no sabía cómo su amigo podía vivir sin unirse a la mujer que deseaba como compañera y en cambio estar con Kale; aunque, ahora que lo pensaba, la compañera del legendario siempre llevaba el cuello cubierto, él siempre había sospechado que Broly nunca había marcado a Kale y por eso no habían podido reproducirse, según Vegeta había unido a los guerreros legendarios buscando mejorar la raza saiyajin, pero también buscaba aumentarla, debido a que su raza era guerrera parte de la evolución saiyajin fue que las mujeres no concibieran tan fácilmente para mantenerse más tiempo en el campo de batalla, por eso en el planeta Vegeta la población descendía rápidamente y las familias eran pequeñas, eran muy pocas las mujeres que gestaban más de un hijo, su madre había aportado a la raza a dos poderosos guerreros, por eso es que era respetada a pesar de no tener un nivel de pelea elevado sino todo lo contrario.

Extendió la mano y la paso despacio por el costado de Milk, ella emitió un suspiro de satisfacción, pero no despertó, él detuvo su caricia en la cadera femenina ¿Sería posible que ella pudiera darle un hijo? sabía que eso era extremadamente difícil pues eran de especies diferentes, pero la idea realmente le gustaba

Ojalá pueda preñarte– Pensó con cierta malicia, estaba seguro que de ese modo ella sería incapaz de abandonarlo, incluso por su maldita misión.

Se levantó con cuidado de no despertarla y se dirigió al baño, en un rato más debía devolverla a casa de Broly antes de que se levantaran sospechas de lo que había pasado entre ellos, sabía que Vegeta había visto su furia ante el trato que recibió Milk y seguramente ya estaba sospechando algo, seguramente pensaba que él solo quería pasar un buen rato con la esclava pero en cuanto se diera cuenta de que sus intenciones iban más allá las cosas se iban a poner feas, sin mencionar los problemas que tendrían si Broly decidía que ya no debía encontrarse con Milk. A Kakarotto realmente le sentaría mal tener conflictos con su amigo, pero por Milk estaba más que dispuesto a soportarlos, solo esperaba no tener que hacerlo.

...

Milk despertó encontrándose sola en la cama de Kakarotto, podía escuchar sonidos en el cuarto de baño, seguramente se estaba duchando. La joven estiro sus brazos espabilándose, se alegró al comprobar que el ligero dolor que había tenido en estos había desaparecido, aunque sí que estaba adolorida de otras zonas de su cuerpo. Se levantó despacio y esta vez hizo caso omiso al detalle de aun estaba desnuda, dio un par de pasos y se dio cuenta de que si sentía cierto ardor entre sus piernas, se sonrojo violentamente al recordar a que se debía, reviso el resto de su cuerpo y lanzo una exclamación de sorpresa e indignación al ver que había varias marcas alrededor de su cuerpo, especialmente en sus glúteos donde se marcaban claramente en un tono rojizo las áreas donde Kakarotto la había sujetado para entrar en ella la noche anterior, al menos las marcas no estaban en un lugar visible.

La princesa y el guerreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora