Capítulo 30

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Anna

Intente disimular mi incomodidad con una sonrisa.

¿Qué miércoles hacían Jay y Josh en mi departamento un jueves a las nueve de la noche?

Además, ¿Qué se supone que debo decir o hacer con el tipo al que bote de la peor manera?

-Hola... - fingí entusiasmo mientras me adentraba en mi departamento y cerraba la puerta detrás de mí. - ¿Cómo están, chicos?

-Pues nosotros genial, solo que ninguna de las dos estaba y tuvimos que subir. Eso de dejarnos plantados se les está haciendo costumbre, ¿no crees Josh? – Jayden me sonrió con malicia.

Imbécil.

-Emm, en mi defensa yo no sabía que venían. – alce ambas manos para quitarme la culpabilidad de encima.

Pero en entonces Josh me miro, alzando una ceja.

¿Y qué le podía decir al chico? Había sido una maldita perra con él.

-Bueno, sírvanse lo que quieran. Raisa ya regresa, yo iré a ducharme – pronuncié rápidamente antes de perderme entre los pasillos del departamento, incluso pude escuchar a Jayden reír.

Hice mi rutina de siempre, solo que esta vez me tomé más tiempo del normal, para no tener que salir a enfrentarlos sola.

Cuando estuve en mi habitación solo me puse un vestido floreado corto. Hacia calor y estaba en mi departamento, no es como que iba a arreglarme mucho solo por la llegada de un chico.

Escuche la voz de Raisa junto con el ruido de la puerta y me relaje. El humor de mi compañera siempre nos salvaba de situaciones incomodas.

Al estar lista salí de mi bunker y me dirigí directamente a la cocina, donde se encontraba mi amiga sacando las compras, esta vez ya con su prótesis.

-¿Por qué no me lo dijiste? – susurré cuando estuve a su lado.

-¡Pensé que solo estaría Jayden! Y no podía ir frente al grandulón que te tenía y decir "oye, arriba está el mismo chico que dejaste en la disco para irte con este, y ambas sabemos porque está aquí." – dramatizó – está bien que me falte una extremidad, pero valoro las otras tres restantes.

-Mierda. ¿Qué hacemos? – volví a susurrar mientras ambas guardábamos las compras para disimular.

-¿Actuamos normal y hacemos chistes malos para pasar el tiempo?

-Me gusta el plan. Vamos.

Y así la caballería salió a la guerra. A una muy incómoda e innecesaria.

-Como Raisa se tardo añares en el mercado, y como tú te perdiste con el rubio, ya hemos pedido comida. – quizás mi rostro fue muy expresivo, ya que Jay lo notó. - Sabes que tienes un balcón con vistas a la calle, ¿verdad? – hizo una pausa – y que fumamos, por ende...

-Ya, ya, lo entendí – le interrumpí. – pero "el rubio" es solo un amigo, y no nos perdimos.

Jay y Josh se miraron con incredulidad y complicidad.

-Creo que Jay y tu son las únicas personas que conozco que le meten la lengua hasta la campanilla a los que llaman amigos, pero está bien. – se mofó. Maldito Josh.

-¡Hey! Déjenme fuera de sus dramas.

Josh rio e hizo un ademan con las manos.

-Bueno, ¿Qué se les ha dado por querer vernos un jueves? – interrumpió Raisa.

-Aburrimiento. – se encogió de hombros.

-Pues al menos bebamos algo – a los segundos Raisa volvió a la pequeña sala con cuatro botellitas de cerveza y me las dejo enfrente.

Efímeros // COMPLETA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora