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Me desperté con el sonido de mi teléfono zumbando, un poco molesto por tener que levantarme. Me di la vuelta lentamente y me apoyé en mi brazo, cogí el teléfono y apagué la alarma. Fui a darle los buenos días a Theo, pero me di cuenta de que no estaba en su cama.
Rápidamente me levanté y corrí escaleras abajo, haciendo que no me cayera ni resbalara. Corrí a la cocina y lo busqué, esperando no extrañarlo. Corrí a la sala de estar y respiré hondo cuando lo vi en el suelo, jugando con Cosmo.
- Oye, estás despierto. - Me miró y se puso de pie, acariciando la cabeza de Cosmo antes de acercarse a mí. - Lo siento, tuve que despedirme de él".
- Está bien, solo estaba preocupado porque pensé que ya te habias ido y que no haya tenido la oportunidad de despedirme. - Le expliqué, parpadeando para que no me salieran las lágrimas antes de que el pudiera verlas. - ¿Cuando te vas?
- Ahora, estaba a punto de ir y decirte adiós. - Se rió, recogió su pequeño maleta y se lo pasó por el brazo. - Muchas gracias de nuevo y dile a tu mamá que dije gracias de nuevo.
- ¿Hablaste con mi mamá esta mañana? - Le pregunté, preguntándome si ya estaría en casa.
- Llamó al teléfono de la casa, pero aún estabas dormido, así que me dijo que te dijera que se quedaba en el hospital. Dijo que no tenía sentido que volviera a casa porque tenía que empezar temprano al día siguiente. - Me dijo, apoyandose en la pared.
Solo asentí y jugué con mis dedos, un poco molesto por cómo mi propia madre ni siquiera podía estar aquí. Aunque supongo que estoy acostumbrado. Siempre estar solo y tener que hacer las cosas solo. Theo se acercó a mí y me tendió la mano para darme un apretón de manos, pero yo la aparto de mí.
En lugar de estrechar su mano, le di un abrazo. Se sintió necesario y sé que está bien con eso, porque tan pronto como lo abracé, su corazón dejó de latir rápidamente. Se redujo a un ritmo normal y él me devolvió el abrazo, más fuerte que lo que yo le abracé.
- Te veré en la escuela mañana. - Me dijo, soltándome y colocando sus manos en mi hombro. Me miró y me dio una última sonrisa, añadiéndole un guiño esta vez. - Nos vemos más tarde, Dunbar. - Me rió de la forma en que me llamó Dunbar y lo segui hasta la puerta principal, esperando a que entrara en su coche y se fuera. Una vez que estuvo en el auto y saliendo del camino de entrada, le dije adiós con la mano y lo vi mientras conducía por la carretera, poco después fuera de mi vista.
Cerre la puerta y me di la vuelta, notando que la casa necesitaba un poco de limpieza. Empecé en la cocina y lavé los platos, limpié los bancos y limpié alrededor de la mesa de la cocina. Una vez que la cocina estuvo lista, rápidamente aspiré la sala de estar y ordené rápidamente, volviendo a poner las almohadas en el sofá y limpiando lo que había dejado Theo y yo.
Todo lo que estaba limpiando era de Theo y yo y eso me hizo extrañarlo aún más. Era una buena compañía y ahora está demasiado tranquilo sin él. Estaba satisfecho con la sala de estar y ahora solo queda una habitación. La habitación en la que he estado tratando de evitar entrar y espero que todavía pueda hacerlo. Mi dormitorio.
