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— Tenemos que entrar y esperar a que todo esto pase. – Le dije a Theo, abriendo la puerta de mi casa y entrando. – Llamaremos a Scott pronto y veremos qué se supone que debemos hacer, porque no tengo idea de qué hacer.
Cerré la puerta principal una vez que Theo estuvo dentro y comencé a caminar por la sala de estar, esperando que sucediera algo. Estaba esperando que sucediera algo bueno, como que Scott nos llamara y nos dijera algo bueno o incluso que viniera aquí.
No sé qué hacer con Theo o cómo actuar frente a él, ya que él sabe, sabe lo que soy. Quiero decir, no parece asustado, pero tal vez sea un cazador. Tal vez todo eso fue solo una trampa, y actualmente está trabajando con ellos.
— ¿Eres un cazador? – Rápidamente me volví hacia él, mirándolo a los ojos y esperando una respuesta.
— ¿Hablas en serio? Uno casi me dispara, ¿y te preguntas si soy un cazador? – Me preguntó, colocando una mano en su pecho. – Si yo fuera un cazador, ya estarías muerto.
Metí la cabeza un poco, sorprendida por la reacción de Theo. Quiero decir, no lo culpo por enojarse, pero lo llevó un poco demasiado lejos. Me senté a su lado y me volví a levantar, caminando hacia la ventana y cerrando las cortinas, asegurándome de que nadie pudiera mirar dentro de la casa.
— Esto es serio, ¿no? Nos van a matar. – Theo se puso de pie y se acercó a mí, pasando una mano por su cabello.
— No te preocupes, Scott tiene esto bajo control. – Le dije, un poco inseguro de si mentí o no.
— ¿Scott es un hombre lobo? – Me preguntó, me miró con el ceño fruncido.
— Él es mi Alfa. – Le dije, mostrando mis ojos amarillos. – Él es el que me transformó.
— Entonces, ¿Scott te mordió y te convirtió en un hombre lobo? – Me preguntó, mirándome confundido. – Eso es raro.
Me reí y volví a cerrar la cortina, saqué mi teléfono y marqué el número de Scott. Me alejé de Theo, alejándome de él para que no pudiera escuchar nuestra conversación. Estaba bien con que él supiera todo, pero si Scott no tiene esto bajo control, no quiero que Theo comience a estresarse.
Ya ha pasado por muchas cosas hoy y no quiero que sufra más estrés. Mientras esté conmigo y en mi casa, podré mantenerlo a salvo. Podré evitar que se estrese, siempre que diga y haga lo correcto.
— Liam, ¿dónde estás? – Scott respondió el teléfono de inmediato, con pánico en su voz.
— Estoy bien, acabo de llegar a casa. Tenía que sacar a Theo de allí, pero ahora no sé qué hacer. – Empecé a explicarle a Scott, bajando la voz para que Theo no pudiera oír. – Por favor, dime que tienes un plan o algo.
— Tengo algo, pero no puedo hablar de eso ahora. Siempre y cuando estés a salvo. – Me dijo, haciéndome un poco mejor. – Tengo que ir a recoger a Stiles y Malia, pero te llamaré pronto. Asegúrate de que estás a salvo y llámame si pasa algo.
— Voy a ir. – le dije justo antes de colgar, dándome la vuelta hacia Theo. Me miró y sacudió la cabeza, alejándose de la ventana.
Pude ver la expresión de su rostro y me preocupó.
Parecía asustado, pero no quería preguntarle qué le pasaba. Se alejó lentamente de la ventana y luego se sentó de nuevo en el sofá, susurrando un montón de palabras para sí mismo.
No tuve que caminar sobre él para saber lo que estaba diciendo, porque ya sabía lo que estaba diciendo. Estaba diciendo cosas en francés, tratando de calmarse.
Corrí hacia la ventana, mirando hacia afuera y tratando de descubrir qué lo asustaba tanto.
Tan pronto como miré hacia afuera, comprendí por qué Theo se volvió sagrado. Los cazadores nos habían seguido hasta aquí y ahora están todos fuera de mi casa. Preparándose para hacer lo que quieran hacer.
— Theo, levántate. Tenemos que irnos ahora. – Le dije, acercándome a él y agarrándolo del brazo. Comencé a caminar hacia la puerta, pero me detuve tan pronto como escuché que estaban rodeando mi casa.
Podía escuchar los arbustos en mi patio trasero ser saltados, los palos y las hojas crujiendo bajo sus pies. No quería asustar a Theo más de lo que está , así que tuve que pensar en algo.
— Tenemos que subir las escaleras, para luego poder salir por la ventana. Es la forma más segura de salir, así que debemos darnos prisa. – Agarré su mano y comencé a correr, dirigiéndome hacia las escaleras.
Todo sucedió muy rápido, pero no pude hacer nada al respecto. Lo único que puedo hacer es proteger a Theo. Oí disparar sus armas, pero pensé que para entonces podríamos llegar arriba. No lo hicimos y ahora estamos atrapados aquí abajo, con ellos disparándonos
Dispararon a través de la ventana, dándoles un acceso claro a nosotros. Antes de que nos dispararan, salté sobre Theo y lo empujé al suelo. Al menos si me disparan o si me penetra un vaso, me curaré. Sé que Theo no tiene las mismas habilidades que yo, así que mi principal prioridad es mantenerlo fuera de peligro.
— ¿Estás bien? ¿Te lastimaste? – Grité a través de los disparos, asegurándome de que Theo estuviera bien.
— Sí, estoy bien, creo. – Me respondió, mirándome a los ojos y sonriendo. – ¿Estás bien? Parece que tienes cristales en la cara y la espalda.
— Se curará, no te preocupe por mí. – Le dije, notando lo cerca que estaban nuestras cabezas.
Bajé la cabeza ligeramente, nuestras cabezas ahora a centímetros de distancia.
Seguían disparando las armas, pero no podíamos hacer nada. Si nos mudamos, nos dispararían y no quiero que eso suceda. Podía sentir su aliento en mi piel, y envió escalofríos por mi columna. Me levanté un poco de su cuerpo, asegurándome de no asfixiarlo.
— Lo siento. – Grité, mirándolo a los ojos.
— Está bien. – Gritó en respuesta, mirando directamente al mío. Movió su cuerpo ligeramente, subiendo más.
Quería intentar alejarme de él, pero las balas estaban demasiado cerca de mí y si me levantaba más alto, me dispararían de inmediato. Podía escuchar todos los jarrones y marcos de fotos derribados, y todos los cristales rompiéndose y cayendo al suelo.
Cerré los ojos y me concentré en todos los demás ruidos a mi alrededor, tratando de ver si había alguien ahí fuera para ayudarnos. Fue un poco difícil tratar de escuchar otros ruidos cuando todo lo que puedes escuchar son disparos, pero luego todo se quedó en silencio.
Todo lo que podía escuchar eran las sirenas de la policía de fondo, viniendo a salvar a Theo y a mí. Miré a Theo y me bajé de él, mirando hacia afuera y caminando mientras todos corrían hacia el bosque. Apreté el puño y la mandíbula, tratando de no perder el control.
— Liam, ahora estamos bien. – Susurró Theo, poniendo una mano en mi hombro. – Se han ido. Se acabó.
Miré hacia el suelo y miré todos los cristales, sacudiendo la cabeza y mirando a Theo. Miré hacia afuera y vi como dos autos de policía se detenían en mi camino de entrada, saltando de sus autos y corriendo hacia la puerta principal.
— No, Theo, esto es solo el comienzo. – Le dije, caminando hacia la puerta principal y dejando entrar a la policía. Sonreí cuando vi a Parrish, pero él ya sabía lo que estaba pasando.
Me di cuenta por la expresión de su rostro y lo delató todo.
Él estaba asustado, y yo también, porque mientras seamos criaturas sobrenaturales viviendo en Beacon Hills, nunca estaremos a salvo.
