Ladeando ligeramente la cabeza el saiyajin preguntó – no comprendo a qué te refieres.
–No sabes de qué estoy hablando? – Bulma lo miró incrédula. Aquello no era sarcasmo ni tenía tintes burlones, pero esa era de lejos la respuesta que esperaba, cómo podía no saberlo, si ella le repitió tantas veces cuanto lo amaba en el transcurso de las semanas pasadas.
–Todavía desconozco muchas singularidades del mundo humano – dijo él con la mayor simpleza – es cierto que te lo escuché decir, pero desconozco por completo el significado.
Bulma sintió la disgusto alzándose en su interior como ramas crecientes –Vegeta, si no sabías a qué me refería, por qué nunca me lo preguntaste? – añadió esto último tratando de suprimir el azote del enojo casi sin conseguirlo.
–Porque lo decías cuando nos encontrábamos juntos. Asumí que era parte del vocabulario humano al momento de la intimidad – respondió percatándose de su falta de curiosidad – por tu reacción, no es así – señaló acercándose más, apartó un par de mechones aproximándose al rostro femenino – es eso lo que te tiene molesta? – aquello podía ser la respuesta que el príncipe buscó los días pasados. Todo podía tratarse de una costumbre humana.
Bulma sentía otra vez la brecha entre sus dos mundos. Ella declaraba su amor todo ese tiempo y él ni entendía lo que ella le confesaba.
Vegeta percibió el cambio extremo, del enojo a la tristeza en un instante. Esta vez le sujetó el rostro con ambas manos, sin entender a qué se debía todo ese desfile de emociones – Bulma? – preguntó sujetándola sin darle espacio para alejarse.
–Por qué nunca me lo preguntaste? –preguntó la ojiazul cerrando los ojos y retirándose del agarre del hombre. Se introdujo en la habitación para buscar refugio, suspiró al sentarse en la cama.
Vegeta la siguió cerrando la doble puerta del balcón – fui aprendiendo de este mundo con bases limitadas, asumí que también aprendería el significado de aquello conforme pasara el tiempo. Pero no puedo entender un significado más elevado si tú no lo explicas.
Bulma suspiró otra vez. Sentada en la cama se sintió un tanto vulnerable. No por la ropa delgada que traía puesta, sino por lo complicado que sería manifestarle a un guerrero de otro planeta las implicaciones del amor. Movió la cabeza negativamente, de entre todos los conceptos con los que había luchado por explicarle sobre el mundo humano, tenía que lidiar con el más abstracto de todos.
–Dime otra cosa Vegeta – dijo conteniendo otro suspiro – podrías considerar la tierra como tu sitio de residencia permanente, no solo ahora por tus rivalidades, sino en un futuro.
El príncipe lo pensó. Su respuesta no debía ser deshonesta – no. La tierra no es suficiente para mis expectativas – dijo observando el cambio en ella – pero por mucho que no me satisfaga este lugar marcharme de forma definitiva me es imposible.
Con semejante respuesta Bulma no supo si alegrarse, no se iba por ella? o por su enemigo de su raza? – en el espacio me has presentado como tu mujer, para un saiyajin, su pareja es importante? Su convivencia cómo se maneja?
Todas esas preguntas le parecieron de lo más absurdas para el príncipe – eso importa? La sociedad saiyajin se terminó hace mucho – decir tales palabras incomodaron al guerrero, por mucha sea su veracidad, no le agradaba decirlas – solo quedo yo. Qué necesitas saber de algo casi extinto?
–Necesito saberlo. Hemos convivido mucho y no hemos profundizado lo suficiente en el conocimiento de ambas culturas.
Vegeta la observó sentada en la cama, intentando mantener una postura – no es verdad – señaló cruzando los brazos – la cultura no es lo que te interesa. Qué es lo que pretendes en realidad? Algo te molesta. Dilo de una vez. Y ese tema del amor, por qué no has aclarado ese punto? Todo esto es por ese concepto?
–Si! Todo es por ese asunto! – dijo Bulma levantándose – estuve todo este tiempo diciéndote algo muy importante y tú lo tomabas como una simple palabra más de un vocabulario desconocido! –se acercó a él para poder gritarle – llevo tanto tiempo expresándote mis sentimientos y tú los ignorabas!
Vegeta descruzó los brazos al primer grito. Tanto implicaba un concepto que ignoraba? la sujetó por los hombros como hizo otras veces – entonces dilo otra vez! dilo de modo que yo lo comprenda!
– Antes debes decírmelo – dijo la humana exaltándose más – dime qué significo en tu vida! – necesitaba saberlo. Oírlo, de los labios del príncipe. Saber que aquello no era un juego, que no era un simple acuerdo entre dos adultos solteros que buscan compañía. Necesitaba saber que él le otorgaba la importancia necesaria a esa relación. Lo que no esperaba era ver una vena de enojo se revelándose en la frente del príncipe. Bulma sorprendida fue soltada y lo observó alejarse unos pasos.
El príncipe guardó algunos improperios. También se obligó a mantener el autocontrol que le caracterizaba, por mucho que las emociones pelearan por salir
–No lo sabes? – preguntó el saiyajin con voz áspera – después de todo lo que ha pasado, todavía no lo sabes?
Por un momento Bulma sintió miedo, podía haber dado un mal paso. Sintió un vivo deseo de abrazarlo, pero el ver la expresión de desagrado en el rostro masculino la hizo contenerse. Se acercó, sin temor extendió una mano para tocarle el rostro, pero no esperaba que él se apartara.
–Una luna alance de la mano. Debía ser algo demasiado bueno para ser verdad – dijo el príncipe.
Aquella era una voz cansada. Bulma conocía cuando Vegeta consumía sus fuerzas y era esa voz la que llegaba a sus oídos. Pero ahora también notaba la tristeza que escondía. Esos ojos negros se veían más oscuros, más grandes y el aspecto saludable que el príncipe mostraba no coincidía con esa voz que contenía sus sentimientos. El miedo una vez más abrazó el delicado cuerpo de Bulma al comprender lo mucho que estaba sufriendo él. Lo veía castigarse a diario, lo veía sacrificarse y hasta ahora se le ocurría que mucho de lo que pasaba por esa mente guerrera no podíani imaginárselo, y mucho debía ser lo que le atormentaba a diario para encerrarse en esa penitencia de la cual solo se desprendía para acercarse a ella.
–Una luna? –respondió la ojiazul casi tropezando con sus propias palabras.
Vegeta iba a contestar airado, pero se interrumpió a sí mismo, cosa que nunca había hecho antes. Con aire confundido, se apartó más de la humana hasta salir de la habitación ignorando el llamado que escuchó a sus espaldas.
Bulma se quedó sola. No acababa de comprender qué había sucedido. Tenía una noticia demasiado importante por comunicar. Tenía toda la intención de fortalecer su compromiso con el saiyajin. También tenía un ansia por saber la verdad sobre los sentimientos de su pareja y quería ser honesta con él. Pero esta vez, la sinceridad se le escapó de las manos y no dijo ni una de las palabras que se moría por decir desde esa mañana
ESTÁS LEYENDO
EN EL PRINCIPIO, EN EL FIN
FanficHabía en un inicio un príncipe llamado Vegeta, este comenzó su vida como el heredero de una de las razas guerreras más poderosas, era una persona fuerte, valiente, pero con un carácter que pocos se atrevían a tolerar. Este fue un niño muy peculiar...