Se siente bien despertar después de una noche como la anterior. Se siente muy bien estar desnuda y acalorada aún cuando hace un tiempo muy frío fuera. Se siente bien estar rodeada por los brazos de Finn y su rostro muy cerca al mío.
Ya no hay música, pueden ser apenas las seis de la mañana o tal vez menos. Me giró un poco para mirar a mi amante nocturno, ese que horas antes me tomo con tanta pasión.
Delineó su rostro que se ha endurecido un poco, ya no es el chico tierno, el poeta y esa actitud fue destruida por mi y aunque disfruté mucho de este nuevo Finn, me siento muy culpable.
Este chico de ojos oscuros se despierta con mi toque y sonríe abiertamente, suspira y pega más su rostro a la mano que lo acaricia.
—Es temprano —dice con la voz ronca —, ¿por qué no sigues durmiendo?
—Tengo que irme...
—¿Quieres que te lleve?
—No es necesario. Quiero caminar un rato.
No voy a mentirles al decirles que su mirada llena de amor de antes hacia mi sigue allí, cuando él me mira ahora puedo sentir amor pero es un amor que se apagó por mis cagadas. Tal vez él nota mi rostro, mi sentimiento nuevo hacia él, porque con voz sería me dice:
—No puedo enamorarme de ti, Zoé. No puedo permitir que me rompas el corazón como tampoco quiero que te enamores de esta apariencia... Yo me enamore de ti de la forma en que eras antes... Ahora solo es atracción sexual lo que siento.
Sus palabras tan crudas y frías me rompieron el corazón, pero vamos, me lo merecía, yo no estuve con él cuando me lo pidió y ahora estoy atraída por lo que es ahora, no es justo.
—Está bien... —susurro y aparto mi mano —, ya me queda claro.
—No me lo tomes a mal, Zoé —acaricia mi mejilla y contengo las lágrimas que se acumulan en mis ojos —. Siento un amor por ti incondicional, pero que ahora está fuera de mi alcance y... de momento no quiero nada con nadie. Te lo dije cuando empezamos esto ¿no?
—Si, y lo tengo bastante claro. No quieres nada con nadie, esto es solo atracción sexual y eso es todo... Eres un perfecto fuckboy.
Trato de sonreír con él pero no me es posible así que simplemente me levanto de la cama y tomo mi ropa del suelo para vestirme de espaldas a él.
—Ey... —me llama y giro —. ¿Almorzamos mañana?
—Claro...
Me sonríe y con ello salgo de la habitación. No puedo culparlo, no puedo culparlo, la culpa es toda mía. He de asumirlo.
Me sorprende que en todo el camino hacia la residencia tengo la mente en blanco, no estoy pensando en nada en concreto y el sendero se me hace corto. Tampoco me sorprende no hallar a Tammy en la habitación, debe aún estar en la fraternidad.
Pero esto si que no lo esperaba.
Hero recostado en mi cama.
Esta dormido, hecho un ovillo encima de mis mantas y yo solo puedo pensar en lo tranquilo y tierno que se ve dormido y en como carajos a entrado a la habitación sin tener llave.
Me acerco a él con cautela y me arrodilló al lado de la cama para sacudirlo un poco y chasquear los dedos en su cara. Cuando veo que sus ojos se entreabren un poco y se queja, decido hablar.
—Dime que esto no lo haces cada que no estoy aquí... —le digo.
—Es la primera vez que lo hago.
—Deberías estar en la cama de tu noviesita o en la tuya ¿no crees?
Él no dice nada y se sienta en la cama con las piernas fuera. Me pongo en pie y cruzó los brazos sobre mi pecho. Sus bonitos ojos azules recorren mi cuerpo con deseo y sonrió de medio lado. Eso me hace recordar que anoche estuvo de mirón en la habitación de Finn mientras hacíamos el amor... O teníamos sexo.
ESTÁS LEYENDO
De Amores Y Amigos A Los 22 [✓]
Ficção AdolescenteZoé tiene veintidós años, dos mejores amigos, tres amores y una historia que contar. Muchas cosas pasan a los veintidós.