32. Simplemente Amigos

227 29 1
                                    

Finn

Típico. Él chico que se enamora de su mejor amiga.

Si, si, ya se que van a decir que soy un cliché de mierda y que soy un cero a la izquierda, porque si... yo sé que Zoé no me quiere de la misma forma, pero aquello no significa que vaya a dar el brazo a torcer.

Describiría mi amor por ella como describió John Green el amor entre Hasel y Gus: "me enamoré de él como cuando estás quedándote dormido, primero lento y luego de golpe"

Soy un poeta empedernido, o eso es lo que me dice ella y así fue como la conocí...

Vendía poemas para pagar un pequeño curso que había obtenido a la escritura, así que daba muestras gratis a los recién llegados de la residencia. Tocaba las puertas de las habitaciones y entregaba poemas de acuerdo a lo que me transmitían.

Entonces toque la puerta de Zoé...

¡Hola! —me saludó está chica con hermoso cabello negro todo despeinado, unos ojos verdes brillantes y una bonita sonrisa.

Hola —saludé —. Estoy entregando poemas gratis como muestra para venderte uno si quieres, los entrego perfectamente decorados y con muy buena letra.

¿Tienes uno para mí?

Le sonreí y empecé a buscar uno perfecto para ella, luego de leer varios encontré el indicado.

"No es muy alta.

Pero es inmensa y tiene magia.

Cuando sonríe, ella mide lo mismo que hay entre la tierra y el cielo de distancia"

Al leerlo me miró con una bonita sonrisa en la cara.

Está hermoso, podría comprarte algunos solo para pegarlos en mi pared.

¿Eso crees? —asintió con la cabeza —. Bueno pues, estaremos viéndonos para que me hables de los poemas que quieres...

De allí surgió una amistad que yo poco a poco cometí el error de convertir en amor y empezó a dolerme cuando supe que ella no quería lo mismo. Poco a poco la mire de una forma distinta, me fascinaba cada parte de su cuerpo y de sus gestos, de pronto quise convertirlos en mi rutina diaria, empecé a necesitarla y luego lo admití. Estaba enamorado de mi mejor amiga.

Nunca te he visto una novia, Finn —me dijo un día que estábamos nadando solos en la piscina. Yo la había invitado —. No vayas a decir que eres gay, porque... me encantaría tener un amigo gay pero sería un poco difícil encontrar un macho para ti...

¡No soy gay! —grite lanzándole agua a la cara —. Solo que... no soy correspondido.

¿Como? ¿Te gusta alguien?

Cada que me miraba las piernas me temblaban, ella tenía ese poder de volver idiota a un hombre y lo sabía, solo que no lo demostraba muy seguido a su beneficio.

Si, me gusta alguien... —susurré.

¿Quién es? ¿La conozco?

Pues creo que si te has cruzado con ella pero...

Dime su nombre.

De Amores Y Amigos A Los 22 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora