62. No Puedo Olvidarte [+18]

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Hero

-Es que no... -su mano toca su frente -, no puedo. Yo ya había tomado mi decisión y lo único que estás haciendo es desestabilizar mi consciencia...

-No era mi intención, Zoé. Solo quería verte y decirte de una vez lo que sentía. No es por compadecerme, pero la he pasado muy mal...

Ella da un largo suspiro y lo único que quiero hacer es besarla. No me importaria si solo recibo eso de ella.

-¿Te quedaras? -pregunto de repente.

-¿Dejaras que me quedé?

-Por más que quiera sacarte a patadas, sé que mis padres no me dejarían.

-No lo dices en serio -la seguí de vuelta a la cocina -. No seas mala.

-Ay hijo -me dijo su padre palmeando mi espalda -, algo que sacó Zoé de su madre es su malvada forma de maquinar y el control mental...

-¿Ahora son amigos? -pregunto Zoé.

-Tiene moto, cariño, sabes que siempre quise una -se dirigió a mi -. Puedes decirme suegro, cuando quieras -la señora Green soltó una risa.

-¡Estás decidiendo sobre tu hermosa hija! -grito Zoé.

-Mi hermosa hija no me ha traído una moto -todos reímos excepto Zoé -. Vamos Hero, muéstrame la moto.

Dejamos a una Zoé indignada atrás y salimos para detallar de cerca mi moto, comentando acerca del costo y lo que requería para mantenerla bien. Cuando volvimos, las dos chicas ya tenían el desayuno servido.

-¿Te quedaras Hero? -pregunto la señora cuando me senté enfrente de si hija.

-Si su hermosa hija me deja, si...

Zoé me miro mal y se concentró en ignorarme y hablar con sus padres. Su familia era tan bonita y tan unida que si algún día lograba ser parte de ella, sería muy feliz.

Toda la tarde fui producto de la ignorancia de Zoé, estuvo todo el día en el establo con su padre mientras yo la miraba en la lejanía, pero esto no se iba a quedar así. Ella iba a mirarme... porque iba a quedarme.

El día paso velozmente y estábamos a punto de irnos todos a dormir.

-Tu dormirás en la habitación de huéspedes... -me dijo la señora.

-¿No puedo dormir con su hija? -pregunté. Note que Zoé salía del baño con el cepillo de dientes en la boca y me sacaba el dedo de en medio.

-Ni lo sueñes, muchacho -me dijo Richard -. Me caíste muy bien pero eso no significa que dejaré que te metas en la cama de mi bebé...

No sería precisamente para dormir, señor.

-De acuerdo -dije.

Lo que me dificultaba las cosas para estar con Zoé, era que la habitación de huéspedes estaba en el primer piso, muy lejos de Zoé. Eso me había acortado las esperanzas de escabullirme en su habitación.

-En el armario hay ropa de dormir -me dijo la señora Green en dicha habitación. Era muy pequeña pero tenía su propio baño -. Que descanses, querido.

-Igual usted, señora Green.

Cerró la puerta tras de ella y decidí cambiarme para descansar. Si les soy sincero, no pude pegar un ojo.

Los sonidos del campo y el hecho de que estaba en casa ajena con el amor de mi vida lejos de mí me hacía sentir mal y por ende no podía conciliar el sueño.

¿Que estará haciendo? El hecho de que yo esté en su casa ¿la dejara dormir?

No podía quedarme así, quería estar con ella.

De Amores Y Amigos A Los 22 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora