Apreciadas Ana Julieta y Emma Calavia Pedrós:
Mi esposa, mis dos hijos y yo esperamos que el año que viene os depare buena salud y felicidad.
Feliz Navidad y próspero Año Nuevo de parte de los Cobos.
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Para Hugo Cobos
Que el año nuevo os traiga salud, riqueza y felicidad a ti y a tu familia.
Con los mejores deseos,
Ana Julieta Calavia
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Tiene un mensaje instantáneo de: HUGO
HUGO: Esta mañana he recibido tu tarjeta.
ANAJU: ¡Caramba! ¿Estás hablando conmigo?
HUGO: Ya ha pasado demasiado tiempo. Uno de los dos tenía que ser lo bastante adulto como para restablecer el contacto. Recuerda que no fui yo quien empezó esto.
ANAJU: Sí que fuiste tú.
HUGO: No, Ana, no fui yo.
ANAJU: ¡Sí que fuiste tú!
HUGO: ¡Venga, por favor! El año pasado te dije que Eva estaba embarazada, momento en que te pusiste hecha una fiera. Y, para que lo sepas, le pedí que se casara conmigo una noche antes de que fuéramos a la entrega de premios. Eva dijo que sí y, con el entusiasmo lógico en estos casos, se lo comunicó a sus padres en la mesa (tal como hubiese hecho cualquier persona normal). Concedieron el premio a su padre y durante el discurso anunció que su hija acababa de comprometerse (con el orgullo normal de cualquier padre que acaba de enterarse de que su hija va a casarse).
Había periodistas; fueron a sus despachos e informaron sobre la velada a tiempo para que la noticia saliera en los periódicos del día siguiente. Yo salí a celebrar mi compromiso con mi prometida y su familia. Llegué a casa tarde y al día siguiente me despertaron las llamadas de mi familia preguntando por qué diablos no les había dicho que iba a casarme. Mi bandeja de entrada estaba llena de e-mails de amigos desconcertados y me disponía a contestarlos cuando recibí tu mensaje.
Así que de todos modos os envié invitaciones a Emma y a ti, pensando que, aunque desaprobaras mi decisión y te inventaras historias patéticas sobre los motivos por los que me casaba con ella, quizá te comportarías como la amiga que declarabas ser y asistirías a mi boda para brindarme tu apoyo.
De modo que pido disculpas por la última tarjeta que has recibido; tu nombre estaba en mi lista de direcciones, pero esa tarjeta en concreto iba dirigida a mis conocidos, no a ti.
ANAJU: Espera un momento, ¡yo no recibí ninguna invitación!
HUGO: ¿Qué?
ANAJU: Que no recibí invitación a tu boda. Llegó una para Emma, eso sí, pero para mí no. Y Emma no podía ir sola con sólo trece años y sin tener dónde alojarse. Y yo no podía acompañarla porque, la verdad, no podía permitirme...
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Love, Anajus
RomanceAdaptación Donde termina el arco iris de Cecelia Ahern. La particular historia entre Hugo y Anaju, un amor que comienza en la niñez y que conocemos gracias a los mensajes que intercambian a lo largo de varios años.