Love, Anajus

Capítulo 49

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Tiene un mensaje instantáneo de: EMMA

EMMA: ¡Feliz cumpleaños, mamá! ¿Qué se siente a los cuarenta y cinco?

ANAJU: Calor.

EMMA: ¿Vuelves a tener sofocos?

ANAJU: Sí. ¿Hay algún indicio de que mi única hija vaya a sentar cabeza, consiga un empleo decente y me dé nietos?

EMMA: Hmmm... No estoy segura, aunque esta mañana había un chiquillo haciendo castillos de arena en la playa y por primera vez en mi vida me pareció mono. Quién sabe, igual termino amoldándome a la manera de pensar del resto del mundo.

ANAJU: Bueno, eso suena esperanzador. Pensaba que tendría que renunciar a mi sueño, pero me has dado esperanza. Quizá podré comenzar a decirle a la gente que realmente tengo una hija.

EMMA: Muy graciosa. ¿Cómo va el hotelito?

ANAJU: Lleno, gracias a Dios. Estaba actualizando la página web cuando he recibido tu mensaje. Ahora Casa Amapola tiene siete habitaciones con baño.

EMMA: Ya lo sé y no me extraña, por qué el sitio es genial.

ANAJU: Es PORQUE, no POR QUÉ.

EMMA: Perdona, es que los DJ no tenemos que saber escribir. AY, DIOS MÍO, ¡casi se me olvida contártelo! ¡No entiendo cómo no te lo he dicho enseguida! ¡Nunca adivinarás a quién me encontré anoche en el club!

ANAJU: Bueno, si nunca voy a adivinarlo, creo que no quiero jugar a este juego.

EMMA: ¡¡A Javier!!

ANAJU: ¿Quién es, un antiguo novio?

EMMA: ¡Mamá! ¡Javier! ¡Javier!

ANAJU: No creo que repetir su nombre vaya a servir de gran cosa.

EMMA: ¡Mi mejor amigo del cole! ¡Javier!

ANAJU: ¡Oh, señor! ¡Javier! ¿Cómo está?

EMMA: ¡Muy bien! Trabaja como dentista en Barcelona, tal como deseaba, y está pasando quince días de vacaciones aquí, en Ibiza. ¡Fue muy extraño verlo después de diez años, pero no ha cambiado nada!

ANAJU: Cuánto me alegro. Dile que he preguntado por él, ¿lo harás?

EMMA: Claro. Me dijo un montón de cosas maravillosas sobre ti. En realidad he quedado con él esta noche. Iremos a cenar.

ANAJU: ¿Es una cita?

EMMA: ¡No! Cómo voy a tener una cita con Javier. ¡Es Javier! Sólo vamos a ponernos al día.

ANAJU: Lo que tú digas, querida Emma.

EMMA: ¡Francamente, mamá! No puedo salir con Javier: era mi mejor amigo. Sería muy raro.