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ANAJU: Muy bien, sin duda ésta ha sido la situación más bochornosa por la que he pasado en mi vida. ¡¡¡SIN excepciones!!!
NADIA: ¿Y qué me dices de aquella vez que te pusiste un vestido blanco sin ropa interior para ir a una discoteca y alguien te echó agua por encima y de repente se te vio absolutamente todo?
ANAJU: Vale, aquello fue bastante bochornoso.
NADIA: ¿Y aquella vez que estabas en el súper y cogiste la mano de otra niña por error y comenzaste a tirar de ella hacia el coche mientras Emma te esperaba dentro llorando a moco tendido?
ANAJU: La madre de la niña dijo que no me preocupara, que no me iba a denunciar.
NADIA: ¿Y aquella vez en que...
ANAJU: ¡Bueno, ya basta, caray! A lo mejor no ha sido la situación más bochornosa de todos los tiempos, pero desde luego se ha ganado un puesto entre los grandes clásicos de ayer y de hoy, cuyo número uno sigue siendo el momento en que besé a Hugo.
NADIA: Ja ja ja ja ja ja.
ANAJU: Oh, vamos, se supone que tienes que hacer que me sienta mejor.
NADIA: Ja ja ja ja ja ja ja ja.
ANAJU: Desde luego, no hay nada como el apoyo de los amigos. Voy a dejarte. Andy me está mirando por encima de la montura marrón de sus gafas increíblemente sexys como si fuera un maestro de escuela.
NADIA: A lo mejor quiere que hagas de colegiala perversa.
ANAJU: Pues ha llegado unos cuantos años tarde para eso. Más bien creo que quiere matarme. Le aletean las ventanas de la nariz y respira pesadamente.
NADIA: ¿Tiene las manos encima de la mesa?
ANAJU: ¡Qué asco! ¡Por favor, Nadia, corta el rollo!
NADIA: ¿Por qué? No creerás que le llaman Randy Andy porque sí, ¿verdad?
ANAJU: Odio las oficinas sin tabiques. Puede verme desde cualquier rincón de la habitación. Y eso incluye mis piernas debajo del escritorio. ¡Mecachis! Ahora me está mirando las piernas.
NADIA: Anaju, creo que deberías dejar de trabajar en esa oficina. No es saludable.
ANAJU: Ya lo sé, estoy en ello, pero no puedo largarme hasta que encuentre otro empleo y eso está resultando bastante difícil. Por lo visto a nadie le impresiona demasiado que trabajes como secretaria en una fábrica de clips.
NADIA: Qué raro... Con lo glamuroso que suena.
ANAJU: Oh, Dios mío, acaba de mover la silla para poder verme mejor. Espera un segundo, le voy a mandar un mensaje. ¡Ya estoy harta!
NADIA: ¡No lo hagas!
ANAJU: ¿Por qué no? Sólo pienso mandarle una nota muy cortés pidiéndole que deje de mirarme porque me distrae mientras intento trabajar.
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Love, Anajus
RomanceAdaptación Donde termina el arco iris de Cecelia Ahern. La particular historia entre Hugo y Anaju, un amor que comienza en la niñez y que conocemos gracias a los mensajes que intercambian a lo largo de varios años.