Kakashi Hatake • One Shots

25. Cumpleaños

Miró con tristeza e impotencia la lápida, se acercó lentamente para limpiarla y cambiar las flores marchitas por unas frescas y bonitas.

Paso varias horas parado frente a ella, pensando en todos sus errores y torturándose a si mismo con los dolorosos recuerdos de su pasado.

—Otro cumpleaños solo— murmuró y cerró los ojos con fuerza, evitando así que salgan las lágrimas.

Al notar que se estaba ocultando el sol, decidió que ya era hora de regresar, suspiró pesadamente y se comenzó a caminar, sin prisa, después de todo nadie estaría esperándolo.

Mantenía la mirada perdida en el camino, aún sumido en sus pensamientos.

Al llegar a la puerta de la casa se detuvo, nadie había recordado que hoy era su cumpleaños, eso lo hacía sentirse aún peor.

Abrió lentamente y se encontró con una chica arrodillada bajo la mesa.

—¿Qué haces aquí?— frunció el ceño.

—Kakashi—levantó la cabeza golpeándose contra la mesa— auch..

El peli plateado se mantenía serio esperando una respuesta.

—Hola— sonrió levantándose sobando el lugar del golpe.

—Te hice una pregunta.

—Oh, claro— rió nerviosa.

Giró dándole la espalda y tomó un pastel entre sus manos.

—¡Feliz cumpleaños!— volvió a girar con una sonrisa.

El chico quedó en silencio con los ojos fijos en el pastel.

—¿N-no te gusta el pastel de vainilla?— preguntó preocupada— puedo ir a cambiarlo por uno de chocolate si quieres, mientras podrías empezar por lo salado— bajó el pastel y señaló un plato con varios bocaditos.

Al sentir unos brazos rodeándola, se tensó, pero correspondió al instante abrazándolo más fuerte.

—Gracias— susurró de forma casi inaudible pero ella lo escuchó perfectamente.

Al separarse, lo hizo sentar e intento prender las velas.

—¿Te ayudo?— la miraba divertido, algo raro en él.

—No, yo puedo— dijo para nuevamente fallar en su intento, bufó estresada— toma.

Le extendió la caja de fósforos haciéndolo reír.

—¿No que podías sola?— se burló.

—Cierra la boca y préndelas si quieres soplar las velas.

El peli plata las prendió al primer intento y sonrió con aires de superioridad.

—Bien— rodó los ojos— quita esa estúpida sonrisa y pide un deseo.

Asintió y  cerró los ojos unos segundos, luego de soplarlos, sintió una mano empujando su cabeza haciendo ir de cara contra el pastel.

—La que ríe última, ríe mejor— dijo ahora ella con aires de superioridad.

—¿Ah si?— levantó su rostro llenó de crema— toma esto.

Empezaron una guerra de pastel, terminando totalmente sucios sentados en el suelo, comiendo de la bandeja lo que se salvó.

—Está delicioso— dijo con la boca llena.

—Sabes, es la primera vez que te veo sin tu máscara— bajo su rostro ruborizada.

—¿Te gusta lo que ves?— sonrió coqueto haciéndola sonrojar aún más.

—Cállate— desvió su mirada apenada— o volveré a tirarte pastel.

—Wow, tranquila— sonrió.

—Oh, espera aquí— se levantó y agarró un paquete— feliz cumpleaños.

Le extendió una pequeña caja con un moño en el centro.

—Yo misma lo envolví— dijo orgullosa.

—Con razón está tan feo.

—¡Oye!— le dio un golpe en la cabeza.

—Solo bromeo, gracias— sonrió achinando sus ojos.

—También es la primera vez que te veo sonreír tanto, es lindo— se recostó en su hombro.

Ahora era él quien estaba sonrojado.

—Ya ábrelo— asintió y rompió el envoltorio.

—¿Un peine?— dijo extrañado.

—Creí que no tenías— levantó su rostro quedando a escasos centímetros de él— por eso siempre tienes el cabello así.

La miró molesto— acabas de arruinar el momento.

—¿El momento, eh?— se acercó más— de que hablas exactamente.

—Y-yo —tartamudeó — ¿y-ya dije gracias?— sonrió nervioso fijando su mirada al regalo.

Negó riendo— ahora quien es el arruina momentos.