Kakashi Hatake • One Shots

28. Despierta

—¡Hora de levantarse!— irrumpió en la habitación ajena elevando la voz.

Al no recibir respuesta por parte de su mejor amiga y compañera de piso, se acercó a ella y la vio dormir plácidamente sin siquiera haberse inmutado por lo que dijo anteriormente.

—Ya despierta— movió su hombro con una de sus manos.

Solo recibió un gruñido como respuesta.

—Oye, te estoy hablando— la agitó con sus dos manos.

La chica volvió a gruñir y se giró dándole la espalda.

Esperando terminar con esto rápido, se dirigió a la ventana y la abrió dando paso a una gran iluminación por parte del sol que apenas estaba saliendo.

Ante su acción, la reacción de su amiga fue taparse hasta la cabeza y quedar como una oruga acurrucada entre sus sábanas.

—Grrr soy un vampiro ¡largo!— murmuró desde su cama.

El peli plata bufó harto y salió del lugar.

Se dirigió frustrado a la cocina pensando en como levantarla y al ver el cajón donde guardaban las ollas sonrió de lado maliciosamente.

—Veamos que tan agudo en tu sentido de la audición.

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Volvió a irrumpir en la habitación ajena de una patada y empezó a golpear una sartén con una cuchara de metal.

—¡Arriba, arriba, arriba!.

—¡Puta madre Bakakashi!— siguió golpeando sus utensilios a la vez que esquivana lo que su compañera le iba lanzando.

—¡A-R-R-I-B-A!— deletreó picando su pierna con la cuchara.

—Déjame en paz maldita sea— se puso boca abajo y hundió su rostro en la cama tapando sus oídos con fuerza.

Ya cansando por todo el tiempo que le estaba tomando despertarla, dejó sus utensilios en la mesita de noche y se posicionó al final de la cama para estirar de sus tobillos.

Al sentir el estirón, se sostuvo con todas sus fuerzas de los barrotes que tenía su cabecera.

—¡Llegarás tarde!.

—¡Ja! que ironía escuchar eso viniendo de ti.

Nuevamente al darse cuenta que eso era inútil, la soltó bruscamente dejándola caer y salió indignado por no poder completar aún esa fácil misión.

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Entró con un jarrón de agua fría en unas de sus manos y se paró junto a ella.

—Si no te levantas ahora, tomaré medidas extremas Hanny— advirtió serio.

—Fuera puto.

—Bien, tú lo pediste.

Derramó el agua sobre su cabeza exaltándola y obligándola a enderezarse para no tener la sensación de que se ahogaba.

—¡Idiota!— tomó el sartén que anteriormente él había dejado ahí y le acertó un golpe en la cara.

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Ambos estaban sentando en la cocina con el ceño fruncido, la chica toda empapada que aún no se había dignado a cambiarse y él con una compresa fría en su rostro.

—Nunca más vuelvo a despertarte.

Rodó los ojos por el comentario y se fijo en el reloj que tenían colgado en la pared.

—Ni siquiera me despertaste a la hora que te pedí— murmuró enojada.

—¡Dijiste 6:30!— se levantó de su asiento.

—¡Dije 8:30!— imitó el gesto.

—¡6:30!.

—¡8:30!.

—¡6:30!.

—¡Te daré otro sartenazo!.

;-;

Basado en hechos reales