Prólogo

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EL AMOR DEL VIKINGO

(Título original: Viking's love) XD :P


PRÓLOGO



Noruega, s. VIII d. C de "Dark Periode of Age Viking" (Era Vikinga del periodo oscuro) después de la batalla de Hafrsfjord, en la cual venció Harald Bellos Cabellos sobre reyes vikingos rivales menores; finalmente abdicó voluntariamente de ser el rey y fallecerá
(en esta historia) de muerte natural.

Ciudad de Nidaros (Hedebery; Throndheim original, lugar que se convirtió en la sede de los reyes noruegos:

Gobierno del hijo de Harald Bellos Cabellos)

"Cuenta la leyenda que si a una sirena escuchas cantar te hechizará de una manera especial"... 

-¿Eso es verdad, abuelito? ¿existen las sirenas? -dijo el pequeño aprendiz de vikingo normando*

-Sí, pequeño, las sirenas existen y has de tener cuidado cuando te hayas convertido en vikingo y navegues por los siete mares; si te encuentras con una sirena te puede hechizar y ya no volverás a ser el mismo ni pensar con claridad... todos los vikingos saben que las sirenas poseen una voz maravillosa y encantadora capaz de encandilar e hipnotizar a cualquiera, pero últimamente, los vikingos de hoy en día ya no creen en los cuentos de sirenas... porque ellas ya no se dejan ver por los humanos... son seres excepcionales pero desde que aparecieron esos bárbaros asesinos, los buenos vikingos estamos perdiendo nuestra reputación y tenemos fama de crueles, malvados y despiadados sanguinarios; mientras los bárbaros estén aquí, las sirenas no volverán a salir a la superficie porque si se atreven a hacerlo, los bárbaros las matarán... -le explicó el anciano y sabio vikingo Harald apodado "el de los Bellos Cabellos" por sus cabellos dorados como el sol

-¡Oh, eso es terrible! abuelito, te prometo que yo siempre creeré en las sirenas... y que algún día, ellas podrán volver a salir a la superficie sin temer nada ni que nadie las mate, yo me encargaré de esos bárbaros... -dijo el niño vikingo que sólo tenía cinco años de edad -y tú me ayudarás ¿verdad, Nill? -le dijo a su pequeña mascota, un Fylgia* que había adoptado la forma de un bebé de dragón

El pequeño dragón asintió.

Los vikingos eran viles, violentos, pendencieros y brutales asesinos, tanto que los cristianos creían que poseían ayuda demoníaca, pero no todos eran así, existía un clan vikingo que se dedicaba a luchar contra los malvados, los Farney*.

Ian Harshall era un niño pequeño de una tierna edad: cinco años, aprendiz de vikingo y con muchas preguntas sobre su mundo y cultura, pues estaba empezando a conocer las tradiciones y creencias vikingas; era el hijo del líder de su clan; los "Farney". Soñaba con que algún día sería el mejor vikingo de todos y con conocer a una sirena, pero tan solo era un niño muy pequeño y soñador con un espíritu vikingo aventurero.

A medida que pasaba el tiempo, Ian creció y se convirtió en todo un vikingo y el mejor guerrero del clan, pues llegó a superar en fuerza incluso a su propio padre, el actual rey vikingo. Su padre le entrenaba y enseñaba a luchar desde muy niño y se crió forjado en la batalla. Era un hombre tremendamente enorme, superaba el metro noventa y tenía un cuerpo escultural y musculoso, no era el típico prototipo de vikingo grande y obeso, sino todo lo contrario, no tenía ni una pizca de grasa, era todo puro músculo.

Sus ojos eran azules como el mar, penetrantes e impactantes y sus enemigos se asustaban con sólo mirarle a la cara; su mirada asustaba hasta al más bárbaro y asesino más cruel e infame y todos le temían, incluso las mujeres de su tribu.

El amor del vikingoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora