Capítulo 30 (FINAL DE LA HISTORIA)

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El Ragnarok había terminado. Se habían destruido todos los mundos menos Midgard, el mundo de los humanos y por supuesto también, el mundo de las sirenas.

Era de noche y estaba oscuro y Serenity e Ian habían sobrevivido y acabado apareciendo en el mundo de los elfos, que era el otro mundo aparte de Midgard y el mundo de las sirenas, que también había conseguido salvarse.

Ian se despertó.

-¡Ian estás vivo! -dijo abrazando y muy contenta y feliz a su marido -¿pero dónde estamos? ¿qué mundo es éste? -preguntó Serenity -porque esto no es Nidaros, ni mucho menos Asgard...

-No tengo ni la menor idea de donde estamos... lo importante es que estamos vivos... aunque me duela terriblemente la cabeza... -le contestó Ian -o si no estamos vivos, nos habremos reencarnado y seremos draugars*...

-Enhorabuena, habéis conseguido salvar vuestro mundo... y el nuestro, así que debemos agradecéroslo... -dijo un pequeño elfo descendiendo de un rayo de luna -y no sois draugars, seguís conservando vuestros cuerpos... -agregó el elfo que había escuchado las palabras de Ian

-¿Tú eres... un elfo? -le preguntó Serenity

-Sí, ex sirenita... soy un elfo y Gongu es mi nombre... y el rey de los elfos, Budrow, desea conoceros y daros las gracias por habernos salvado a todos...

-Creía que los elfos no existían... -dijo Ian

-Tampoco creías que existían las sirenas... y te has casado con una mujer que antes lo fue... -le contestó el pequeño elfo

Serenity sonrió ante la respuesta de Gongu.

-Tienes que admitir que tiene razón... -le dijo a su esposo

-Además, vivimos muy lejos y escondidos de los humanos... intentamos que no nos vean... por eso, cuando visitamos Midgard, lo hacemos por la noche... pero vosotros nos habéis salvado a nosotros y a nuestro mundo, y por ese motivo, el rey quiere veros... -les explicó Gongu -venid conmigo, os llevaré a Alfheim*, es un lugar de Ljósálfheim*, nuestro mundo...

Gongu los llevó al mundo de los elfos, Ljósálfheim, a Alfheim.

-Tenemos que ir más allá y más arriba del árbol Yggdrasill... -decía indicándoles el camino Gongu

Cuando llegaron, los elfos los recibieron victoreándolos y les habían preparado una fiesta de bienvenida.

Después, fueron llevados ante el rey de los elfos, Budrow.

-Vaya, me alegro de conoceros al fin... -dijo Budrow, rey de los elfos

-Y nosotros a vos, majestad... -respondió Serenity -es un gran honor...

-El honor es nuestro... el de conocer a nuestros salvadores, pues nos habéis salvado a todos y os doy mi gratitud... -dijo el rey de los elfos -muchas gracias a los dos, de verdad... y ahora, disfrutad de vuestra fiesta...

Y eso hicieron Ian y Serenity.

-Soy la mujer más feliz que existe, estoy segura... -le dijo Serenity a su esposo mientras danzaban y bailaban -¿y tú, Ian? ¿eres feliz?

-Oh, Serenity, ya no puedo desear más en la vida porque tengo todo lo que siempre he anhelado conseguir: el amor de una gran, maravillosa y encantadora mujer y unos hijos que ella me va a dar muy pronto... no podría desear nada más... y nunca he sido tan feliz... los dioses me bendijeron al conocerte porque cuando te vi la primera vez, no sólo conocí el amor, también conocí la felicidad por una vez en mi vida... -le respondió Ian

El amor del vikingoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora