Capítulo 18

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18

Serenity abría los ojos lentamente y despertaba, esta vez de un hermoso sueño.

-Ian... -fue su primera palabra al verlo ahí sentado, cerca de ella observándola -no sabes cuánto te he echado de menos... -le dijo abrazándolo -te he estado esperando...

Hank le hizo una señal a Sven con la cabeza para que se fueran y los dejaran solos para que pudieran hablar en privado. Y se fueron.

-Lo sé... y yo quería volver... -le dijo Ian -por ti... quería volver a verte... -añadió -necesitaba verte... también te he echado de menos, preciosa

A Serenity se le caían las lágrimas, pero esta vez de felicidad.

-¿Estás llorando? -le preguntó

-Es que... aun no puedo creérmelo... cuando me dijeron que habías muerto, creí que no volvería a verte... y sentí que mi mundo se desvanecía... pero no quería creerlo... yo sabía que volverías... algo en mi corazón me lo decía... y luego, cuando se me aparecieron esos dioses en mi sueño...-le explicaba Serenity

-Los Hamingjes... -dijo Ian, sabiendo de qué dioses estaba hablando

-Sí, esos...

Ian sabía que los Hamingjes, normalmente, solían aparecerse sólo en los sueños de la familia real vikinga, reyes, reinas y princesas o príncipes vikingos y que Serenity no era nada de esas cosas, pero gracias a eso y a las palabras del mismo Odín, que le dijo al despedirse cuando le dio su anillo, entendió que Serenity, no sería una princesa o una reina vikinga todavía, pero lo iba a ser algún día, porque se dio cuenta de que aquella mujer era la que estaba destinada para él, algún día ella sería su mujer y eso lo llenaba de felicidad. Comprendió inmediatamente por qué razón Odín le había dado su anillo y para qué, puesto que el dios conocía su futuro, pasado y presente.

-Ian, ¿dónde has estado todo este tiempo? ¿por qué has tardado tanto en volver? ya han pasado tres meses desde que desapareciste...

-¿Tres meses solamente? en Asgard ha pasado todo un año... el tiempo no debe transcurrir ni pasar del mismo modo... claro, por eso va todo más rápido... -pensó en voz alta

-¿Asgard? Ian ¿de qué estás hablando?

-¡No te lo vas a creer, Serenity! ¡he estado en el Valhala! -le dijo

-¿De verdad?

-Sí, he conocido a todos lo dioses...

y Odín fue quien me permitió regresar aquí...

-"Claro... ¿por qué no lo pensé antes?... aquella mujer que estaba besando era tan extremadamente bella... que sólo podía ser una diosa..." -pensó Serenity recordando su sueño -y también había diosas, ¿verdad?...

-Pues claro...

-Seguramente serían todas muy hermosas... -dijo entristeciéndose y bajando la mirada

Ian vio la tristeza y el dolor que sentía Serenity al pensar que éste podía haberse interesado en alguna otra mujer, en este caso, diosa, y sonrió al pensar que Serenity podría estar experimentando aquella a lo que llamaban celos y le hizo gracia porque se sentía correspondido y querido.

-Sí, lo eran... -le contestó, luego le levantó la cara con su dedo pulgar para que lo mirara a los ojos y añadió -pero para mí, no eran ni la mitad de hermosas que tú...

Esto provocó que Serenity sonriera.

-Y tu sonrisa no tiene comparación... -agregó Ian -pensaba en ti todos lo días, no podía apartarte de mi cabeza ni un solo segundo...

El amor del vikingoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora